Quizá para el visitante ocasional, las armas
que portan muchas de las Hermandades, Cofradías y Corporaciones Armadas de
nuestra Semana Santa Marinera simplemente formen parte de la indumentaria de
cada una de ellas. Para mí, como coleccionista (a pequeña escala), y apasionado
de la Historia
bélica, signifiquen algo más que un complemento, y sean precisamente
parte de esa Historia, religiosa y laica, que camina pareja al devenir de
nuestra Fiesta.
Por eso, me gustaría compartir con vosotros en EOS
algunos detalles particulares de esas armas. Hoy, comenzaremos con las armas de
los soldados romanos que custodiaban al Emperador, es decir, los Pretorianos.
Bien es sabido que la Legión Romana fue
una de las fuerzas de combate más efectivas de la Antigüedad. Y que,
dentro de ella, la
Guardia Pretoriana estaba formada por la élite entre los
legionarios, por aquellos particularmente diestos; sus privilegios eran
diversos y, entre otros, suponían salario doble.
Creada por César Augusto (aunque su nombre
proviene de la época de Escipión Emiliano, debido a que acampaban cerca del
Pretorio), poco antes del nacimiento de Nuestro Señor, todavía se discute
acerca del color de sus vestimentas. Aunque nuestros Pretorianos lucen una
túnica y una capa de brillante color rojo:
y en las películas de Hollywood los hemos visto
vestir el negro (como en "Gladiator" de Ridley Scott):
en realidad lo más probable es que, como la
mayoría de los legionarios, emplearan una túnica BLANCA y que las capas rojas o
púrpura estuvieran reservadas para los mandos (por cierto, las túnicas se
blanqueaban con orina).
Pero volvamos a las armas. La espada que portaban los Pretorianos, como toda la Legión, era el gladius o gladio. Se trataba de una espada corta con una afiladísima punta, que procedía de las armas celtíberas que empleaban los hispanos a las órdenes de Aníbal (por eso, esta espada también es conocida como gladius hispaniensis).
Pero volvamos a las armas. La espada que portaban los Pretorianos, como toda la Legión, era el gladius o gladio. Se trataba de una espada corta con una afiladísima punta, que procedía de las armas celtíberas que empleaban los hispanos a las órdenes de Aníbal (por eso, esta espada también es conocida como gladius hispaniensis).
Se trataba de un arma magnífica y tremendamente
efectiva que necesitaba de muy poca esgrima. El soldado la solía llevar en
combate a la altura del costado, paralela al suelo, y solo debía lanzarla hacia
delante para apuñalar a su enemigo en la femoral, en los testículos, en el
estómago, bajo el plexo solar... Sin artificios, sin florituras. Directo y
efectivo, mucho más ligera que la espada larga de los germanos.
Esta forma de combatir, evolucionada de la falange griega, se debe a la protección que proporcionaba el escudo o scutum. En el caso de nuestros Pretorianos, el escudo que portan habitualmente es más pequeño y evoca a la guardia de honor a caballo (que no podía portar el enorme escudo de la infantería a pie), como podemos ver en las imágenes.
En el caso de la Legión, los pretorianos a
pie empleaban un escudo grande y curvado, que cubría buena parte del torso y
las piernas del soldado, y que, en las filas apretadas, formaba una suerte de
"coraza común" para las primeras filas, dejando el espacio justo y necesario,
escudo contra escudo, para que pudieran lanzar estocadas con el gladius.
Espero que este bocadito de historia "semanasantera", haya sido de vuestro agrado.
Un abrazo
JOSÉ VILASECA HARO
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