sábado, 9 de octubre de 2010

GRACE o "ser madre por encima de todo"

Supongo que será cosa de mi próxima paternidad, pero tenía a GRACE, película que se estrenó en el pasado festival de Sitges 2009, durmiendo el sueño de los justos en el disco duro externo. Y, aunque no sea yo quien tenga "vidilla" en mi interior, sino mi mujer, la idea de ver alguna "peli de miedito con bebé" me tira para atrás en estas fechas (no hablemos de A L'INTERIEUR, para la que tengo que prepararme concienzudamente).

Al final, hice de tripas corazón y me dispuse a darle una oportunidad... y, la verdad, no me defraudó en absoluto. Miedo el justo, mal rollo en aumento y algunos momentos para recordar, "Grace" es una cinta que os recomiendo de todo corazón.

Tratando de no desvelar nada de su argumento, solo la primera escena ya pone las bases de lo que podemos esperar en la siguiente hora y media: Madeline, la protagonista, mira al techo con ojos vacíos mientras su marido, Michael, se la zumba con amor. Dale, dale, toma, toma, él a lo suyo y ella dejando volar su imaginación. Terminada la faena, ella encoge las piernas, procurando que la semilla de su amado obre el milagro, dejando a su pareja como un simple "inseminador" (termino acuñado por mi señora, que resume fielmente el clásico "hazme un hijo, coñe").

Pronto sabremos que la obsesión por la maternidad de Madeline, que ha sufrido dos abortos, no solo se enfrenta a la testaruda naturaleza, sino también a su suegra, la posesiva juez Matheson, que todavía "siente" a su hijo como algo muy suyo.

No quiero desvelar nada más, porque esta es una película de esas que, contra menos se sepa de su trama, mucho mejor; aún así, su cartel resulta más que revelador de por dónde van a ir los tiros...

Presentada queda GRACE, un curioso, malsano y malrrollero alegato a la maternidad, acertada y completa. Que la disfrutéis

JOSÉ VILASECA