sábado, 9 de octubre de 2010

GRACE o "ser madre por encima de todo"

Supongo que será cosa de mi próxima paternidad, pero tenía a GRACE, película que se estrenó en el pasado festival de Sitges 2009, durmiendo el sueño de los justos en el disco duro externo. Y, aunque no sea yo quien tenga "vidilla" en mi interior, sino mi mujer, la idea de ver alguna "peli de miedito con bebé" me tira para atrás en estas fechas (no hablemos de A L'INTERIEUR, para la que tengo que prepararme concienzudamente).

Al final, hice de tripas corazón y me dispuse a darle una oportunidad... y, la verdad, no me defraudó en absoluto. Miedo el justo, mal rollo en aumento y algunos momentos para recordar, "Grace" es una cinta que os recomiendo de todo corazón.

Tratando de no desvelar nada de su argumento, solo la primera escena ya pone las bases de lo que podemos esperar en la siguiente hora y media: Madeline, la protagonista, mira al techo con ojos vacíos mientras su marido, Michael, se la zumba con amor. Dale, dale, toma, toma, él a lo suyo y ella dejando volar su imaginación. Terminada la faena, ella encoge las piernas, procurando que la semilla de su amado obre el milagro, dejando a su pareja como un simple "inseminador" (termino acuñado por mi señora, que resume fielmente el clásico "hazme un hijo, coñe").

Pronto sabremos que la obsesión por la maternidad de Madeline, que ha sufrido dos abortos, no solo se enfrenta a la testaruda naturaleza, sino también a su suegra, la posesiva juez Matheson, que todavía "siente" a su hijo como algo muy suyo.

No quiero desvelar nada más, porque esta es una película de esas que, contra menos se sepa de su trama, mucho mejor; aún así, su cartel resulta más que revelador de por dónde van a ir los tiros...

Presentada queda GRACE, un curioso, malsano y malrrollero alegato a la maternidad, acertada y completa. Que la disfrutéis

JOSÉ VILASECA

miércoles, 29 de septiembre de 2010

LOS SIETE DÍAS DEL TALIÓN o "la venganza es un plato que se sirve frío..."

Cosas de las vacaciones, o del hartazgo de contar con un Ministerio de Cultura pacato y acostumbrado al juego de la subvención y la caricia de lomo ajeno, he empezado a ver todas esas películas que, desgraciadamente, nadie tiene narices de estrenar por estos lares y toca conseguir de malas maneras y en versión original, a veces subtituladas por el primo tonto de Hugo Chávez.

En esta ocasión, traigo una interesante cinta titulada "Les 7 jours du Tálion" (más o menos), que resulta una curiosa mezcla de "Hostel" y "El justiciero de la ciudad", pero menos extrema que la primera (lo que se agradece... aunque no piensen ustedes que carece de momentos de mal rollo importante), y bastante menos facha que la segunda (sobre todo porque los franceses son muy suyos).

El argumento es bastante sencillo: Médico reputado (con perdón), que vuelve a casa hecho un asco después de una jornada maratoniana en su curro. Tiene ganas de tocarle el culete a su señora y meterla en caliente, pero su adorable niña de ocho años tiene que salir de casa, no recuerdo bien si a clase o al cumpleaños de un amiga. Tanto da, porque los papis, creyendo que su peque es mayor para andar apenas un par de manzanas, y con ganas de producir electricidad estática a base de roce corporal, la dejan marchar... para no volverla a ver con vida.

El drama, breve, intenso y bien resuelto, acaba con la detención del violador y asesino de la pequeña. Y nada de "ah, pero seguro que se escapa", o bien "habrá alguna prueba contaminada y lo dejarán libre": El hijoputa en cuestión es culpable de que te cagas, lo trincan bien trincado y va directo a la trena para cumplir unos veinte añitos a la sombra y, supongo, hacer compañía amorosa en la celda al negro Jack, el de los "treinta centímetros"...

Sin embargo, el padre de la niña, piensa lo que piensa y decide que dos décadas a base de menú carcelario a base del contribuyente, después de haberse calzado a su chiquilla y haberle dado matarile se queda muy corto... y decide secuestrárselo, llevárselo a un rincón apartado... y dedicarle PLENAMENTE los próximos siete días de su vida (y, de ahí, el título).

Lo que podría pasar como un título de "venganza tras violación" típico de los 70 y 80, se transforma en una reflexión sobre la culpa, sobre el odio, sobre vidas rotas que ya no volverán a ser nunca iguales. El rol del padre (que, no olvidemos, es médico y se debe a un juramento hipocrático), la madre (que no quiere vengarse en modo alguno, y que acaba sacando un poco de quicio al personal... y también a su marido), y el policía que investiga el caso (y que también sufrió la muerte de su esposa a manos de un criminal), están perfectamente trazados y son absolutamente creíbles.

Para el recuerdo, un par de detalles, más allá de las maldades a las que el padre somete al asesino de su hija (que son apenas sugeridas, pero no por ello menos desagradables...): Ese jóven policía, ayudante del comisario, que en un momento dado comenta "Tenemos movilizado a todo el persona de la zona para salvar a un cabrón que estaría mejor muerto" a lo que el veterano agente replica "No lo estamos haciendo para salvarlo a él". O la conversación que mantienen precisamente el policía y el padre vengador, sobre la sensación que el primero tiene respecto de la larga condena a la que se enfrenta el asesino de su esposa: "¿Duerme mejor por la noche, sabiendo que el hombre que mató a su mujer está en la cárcel?". A lo que, finalmente, el viejo sabueso debe responder que no, que no le ayuda a dormir mejor.

Espero que la disfrutéis tal y como se merece. Y, por cierto, es muy posible que la podamos ver... en Sitges.

JOSE VILASECA

miércoles, 1 de septiembre de 2010

HOY QUISIERA HABLAR DE MI PADRE...

Martes, 31 de agosto de 2010, y he acabado una nueva novela. Después de un año metido hasta las trancas, como suele decirse, recreando la Valencia del Cid y la sangrienta Primera Cruzada, doy por terminado mi libro. Es mi afición, mi pasión, mi vida… Celebro la meta alcanzada con un ramo de rosas para mi mujer, un primer ejemplar para mi madre, y seguramente un brindis con sidra que endulce esa lagrimilla traidora. Y mañana tocará pensar en el próximo proyecto.

Mi padre amaba la Semana Santa Marinera tanto o más de lo que yo amo la letra impresa, y mis costumbres al finiquitar un libro no son más que una pobre copia de sus propias tradiciones al despedir una nueva celebración de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Recorría Hermandades y Cofradía, visitando viejos amigos y brindando por un año más de Fiesta, así, con mayúsculas; un suspiro aliviado cuando todo había marchado bien (como él mismo decía, no hay mejor noticia que no haya noticias), y remataba el Domingo de Resurrección en la intimidad de casa o en la puerta de la Iglesia del Rosario, aguardando la flor que mi hermana Mari reservaba para él al final del desfile, pues no gustaba de posar para la foto en la concurrida y populosa tribuna.


Jovipi, hijo de Jovipo, pues esta droga incurable semanasantera se lleva en la sangre y pasa de padres a hijos, no era carne de fotógrafo, de primera plana, o de entrevista. A veces le decía, entre bromas y veras, que no había sabido venderse y él aseguraba que la Semana Santa no tenía precio. El tiempo me demostró que otros sí supieron venderse: Se vendieron ellos, vendieron su alma, y hubieran vendido a la madre que les trajo gritando a este valle de lágrimas si hubiesen visto ocasión, pero eso es normal si uno mira más por su ombligo que por la Fiesta.

Aún hoy, algún conocido se dirige a mí apuntando que conocía a mi padre. Tengo que corregirles, con pesar, puesto que mi padre quizá fuera difícil de tratar, pero aún más complicado de conocer. Si algo me pesa en esta vida es haber perdido la oportunidad de conocerlo mejor, justo cuando comenzaba a comprenderlo.

Quienes lo pintaban seco e inflexible no se daban cuenta de que, en realidad, simplemente era poco dado a trivialidades y estupideces, y, sobre todo, no era hipócrita ni pusilánime. Supongo que eso le impidió acceder a altos cargos, o hacer carrera política, pero qué le vamos a hacer: Mi padre se lavaba todos los días, pero no se cambiaba de chaqueta. No caía simpático, pero era eficaz. Y, en unos tiempos en los que hasta el tonto del haba que se sienta en la Moncloa es capaz de hacerse pajas mentales acerca de que la tierra no es de nadie, es del viento, mientras sigue manteniendo a cinco millones de parados, echo de menos que no haya más antipáticos eficaces llevando las riendas de este tinglado.

Con perspectiva, reconozco que para mi padre fui como el César que pasea triunfante, mientras que su papel era el del esclavo que sujetaba la corona y susurraba: Recuerda que solo eres un hombre. Me corregía constantemente, y procuraba ponerme el listón tan alto como podía, mientras que, siempre en mi ausencia, anunciaba a bombo y platillo lo orgulloso que se sentía de mí. Era el primero que leía cualquiera de mis escritos y los criticaba con vehemencia, pero con justicia. A medida que me hago mayor (ya sé que se dice viejo, pero dejenme disfrutar de mi treintena), agradezco más haber tenido un mentor como él.


Gracias a él, y sobre todo a mi hermana (su más digna sucesora), he conocido multitud de anécdotas sobre la Semana Santa : Aquella definición de granadero que refería su elevada estatura y el arma que arrojaban (salvo dos paisanos, bajitos, que se dedicaban a recogerlas), o la legendaria votación sobre aquella Hermandad que pudo ser falla y cuyo destino se decidió democráticamente, por no hablar de los primeros tiempos de la transición cuando, ante la proyección de una película picante en un local social, mi padre pidió que alguien tuviera la deferencia de cubrir la imagen de Cristo.


Igualmente, tengo que recordar muchas de las calumnias que se elevaron en su contra, como que era el máximo opositor a que el Grao volviera a formar parte de la Semana Santa Marinera, o que estaba en contra de que las mujeres desfilaran en las procesiones (lo que es una estupidez como un piano, ya que su novia y después mujer, y santa madre del que suscribe, procesionaba como Claudia desde los tiempos en que el General Franco todavía estaba bastante lozano…). Supongo que todo sería envidia malsana del cargo que ostentaba, y puedo dar fe de que, aunque algunos fueron dignos representantes, otros no estuvieron a la altura.


Pronto se cumplirán tres años desde que se marchó, y todavía sigo esperando que suene el teléfono para que me pida que vaya a su casa a ver el Levante, que le lleve al chiquillo que-ya-me-vale, o que sale a cenar a Baretta y que si quiero ir con él, pago yo (una de sus tantas bromas, pues al fin y al cabo, seguía siendo mi padre…); le diría que he terminado una novela, y que si se la quiere leer, y él se haría el despistado, aseguraría que no tiene tiempo, que le lleve a su nieto y me deje de monsergas… pero sacaría tiempo de debajo de las piedras para leérsela de cabo a rabo. Así era él.

Termina mi libro con una frase que comienza hoy es el momento de recordar el nombre de mi padre…


Pues sí, hoy es el momento.


JOSÉ VILASECA

viernes, 27 de agosto de 2010

WARHAMMER ANCIENT BATTLES 2ª Edición... ya en castellano

Bueno, después de un curro importante y "by the face", como es costumbre, ya tengo la primera versión traducida del nuevo reglamento de este magnífico juego histórico (algo sorprendente llevando el cuño "Workshop", pero por lo genera sus juegos de especialista suelen ser mucho mejores que sus juegos "estrella"), por si alguien quiere descargárselo y echarle un visto.

Está a vuestra disposición en:

http://www.megaupload.com/?d=5DKIICJJ

Sé que, con el declive del Fantasy, mucha gente le ha dado oportunidad a diversos juegos de miniaturas históricos (Fields of Glory, Impetus, DBA/ DBM, Flames of War...), aunque, no me preguntéis por qué, servidor sigue enganchado con Ancient Battles desde que lo descubrió, hace ya algunos años.

Como ya no tengo tienda friki, no es mi objetivo "venderos" nada, pero sigue la mecánica de un juego conocido por la mayoría de los "raritos" que visitáis este blog, mejorando ampliamente las lagunas de 5ª y 6ª edición, y sin llegar a las estupideces y desvaríos de 7º y 8ª, con lo que se puede jugar perfectamente con las rutinas de Fantasy, adaptándose a las novedades.

Desde aquí, gracias por vuestro apoyo y, como siempre, esperamos vuestros comentarios y apuntes. Los hilos de discusión sobre dudas, reglas, etcétera... en vuestros propios foros, en FACEBOOK y en el foro del club que organiza este tinglado: http://laalianzadelleon.mforos.com

Por otro lado, hay una utilidad de Google para ir aportando lugares de encuentro y direcciones de afionados al WAB en toda España y que podáis encontrar fácilmente vuestros rivales más cercanos. No dudéis en pedirme más información.

JOSÉ VILASECA

martes, 3 de agosto de 2010

Cambios en el foro de EL CORAZÓN DEL LEÓN

Hola a todos, de nuevo:

Como ya sabéis, y si no es así aquí estoy para contároslo, nuestra tienda (la misma que da nombre a este foro polémico que querido a partes iguales), cerró sus puertas hace más de un año, para alegría de muchos y consuelo de mi estrés, todo sea dicho de paso. Incluso una mano de pintura de los nuevos dueños ha cubierto el magnífico graffiti de la persiana, que nos regaló el conocido DUQUE junto con VICENTE "STON", amigos y horchateros.

Lo cierto es que, a pesar de que muchas cosas siguen llamándose como la vieja tienda, hemos considerado que tiene poco o ningún sentido mantener la denominación actual de EL CORAZÓN DEL LEÓN al foro que sigue reuniendo a viejos amigos de la misma y miembros de la Asociación Lúdica que surgió en esta, LA ALIANZA DEL LEÓN, y que quizá sea este un buen momento para cambiar la nomenclatura de dicho foro.

Aunque algunos de los que aquí mencionamos con gran placer culpable (Miriam "la Perphida", los hermanos Muñoz, "Cactus" Espí y las joyas de Brujasote, entre otros muchos), salieron escopetados y con malos modos de dicho foro, lo cierto es que sigue estando abierto para cualquiera que pueda y quiera pasarse por sus páginas y compartir hobbys y gustos similares.

Como ya os comento, muchos de los amigos que allí nos reunimos seguimos realizando quedadas, actividades y campañas bajo la denominación de Asociación Lúdica "La Alianza del León" y hemos creído conveniente cambiar la vieja dirección por una más novedosa y acorde a la realidad, http://laalianzadelleon.mforos.com/ , por lo que esta será la que funcione a partir de ahora.

Sabed que los temas se mantendrán y, salvo cambios estéticos, todos permanecerá igual. Salvo, claro está, nuestras ganas de disfrutar del hobby, que siempre irán a más. Os esperamos

JOSÉ VILASECA

jueves, 29 de julio de 2010

A SERBIAN FILM o "hay que tener cojones para rodar eso"

Buenas a todos.

Bien sabéis que vuestro amigo, aquí presente, es particularmente aficionado a las pelis de terror y casquerío. A pesar de que no me considero particularmente impresionable (solo sugestionable, si alguna locaza me llama a la una y media de la madrugada para hacerme juegos de despedida de solteros... ¿eh, Mari? :-] ), de vez en cuando una película me da un directo al hígado y me quedo varios días jodido y poco contento. La última que consiguió algo así fue HOSTEL (donde me sentí, no sé por qué, bastante identificado con los protagonistas), y la última que "me la ha liado" ha sido A SERBIAN FILM.

Con toda seguridad, no veremos esta película hasta, por lo menos SITGES 2010 (octubre) y, luego, no volveremos a verla JAMÁS en circuitos convencionales, por dos razones:

1º.- Después de lo de SAW VI y la calificación X, pocos distribuidores van a apostar por títulos de terror extremo a sabiendas de que igual se comen carteles, pasquines y copias en castellano con patatas a lo pobre.

y 2º.- Habiendo un buen "capazo" de películas a la espera de distribución en España (pienso en MARTYRS o A L'NTERIEUR o LA HORDE o CALVAIRE... todas francesas, por cierto), que son bastante menor "hardcore" que estas... cualquiera se atreve...

Así que, lo que se dice "verla", la he visto subtitulada en castellano a través de internet (piratón total) y "acelerada" (saltándome bastantes escenas). Y, como leí en una crítica, ciertamente es una película que NO SE DEBE RECOMENDAR a nadie, pero que sería hipócrita ignorar el uso de una banda sonora acertadísima, fotografía, luces, ritmo... Vamos, que no estamos ante la típica guarrada porno-gore de serie B o Z (pienso en GUINEA PIG o NEKROMANTIC, bastante garrulas ambas), sino una auténtica pesadilla que empieza como una mezcla rara entre LA CASA DE LA PRADERA y un "gonzo" de Nacho Vidal, y acaba como el rosario de la aurora, con un sprint final que deja absolutamente sin aliento y probablemente la escena final más demoledora desde EL PLANETA DE LOS SIMIOS (versión Charlton Heston)... pero en bizarro.

(OJO, SPOILERS)

Ríase usted del ojo colgando de la oriental en HOSTEL, del culo-boca de EL CIEMPIÉS HUMANO, de las cuerdas de piano de AUDITION, las múltiples pajas mentales de BEGOTTEN o de cualquier otra escena inolvidable (por lo cruel o lo macabro), que hayan visto en su puñetera vida. A SERBIAN FILM no solo es terrorífica por lo que se ve (que es mucho), por lo que se entrevé (que también es cantidad), sino por lo que se sugiere (que depende de lo susceptible de cada cual y lo identificado que se sintiera con el protagonista, por su condición de padre, de esposo, de hombre en una situación de crisis económica y personal...)

(FIN SPOILERS)

Lo dicho, voy a procurar que descubráis esta película (insisto, NO OS LA VOY A RECOMENDAR), sabiendo lo mínimo imprencindible de ella. Ya me contaréis (si aguantáis hasta el final...)

JOSE VILASECA

martes, 4 de mayo de 2010

UN AÑITO EN LA NEVERA

Aunque no lo parezca, y a lo tonto, este mes hará un año que El Corazón del León cerró sus puertas; y, salvo por la comodidad impagable de tener un punto de encuentro común para amigos de muchos lugares, lo echo poquito de menos.

Todo el rollo nostálgico viene porque, precisamente este pasado fin de semana, volví a hacer dos cosas que prácticamente había abandonado desde el cierre de nuestra tienda: Visitar "a la competencia" (que ya no es tal, y en realidad nunca lo ha sido), y pintar miniaturas.

La vista fue motivada por el ánimo insistente de Domingo Bou, buen amigo y mejor persona, que ha comenzado a trastear con la Segunda Guerra Mundial gracias a Flames of War, y que ahora visita con regularidad la tienda de Benimaclet. Lo cierto es que me apetecía poco o nada acudir a ningún lugar de esparcimiento y ocio, básicamente porque me queda poco que ver o comprar, y en mi casa todavía tengo bastantes cajas que deseo enviar al guano por un módico precio. Pero, bueno, Domingo bien vale un viaje en tranvía y un par de dedos cruzados para no tener que cruzarme con nadie que tenga ganas de discutir.

La cita era en Generación X, que, en principio, no conocía más que por referencias en internet. No tardé en descubrir que Fernando, uno de los tenderos, había regentado en sus tiempos Roda del Temps (ya es casualidad que el último artículo hablara de ellos; por cierto, me confirmó que el servicio de bar estaba en Dominia y que ellos eran simplemente tienda... o que todavía guarda alguno de esos legendarios mazos de "La ira del dragón").

Echanmdo un vistazo, vi mucho y bueno, aunque, claro está, mi nivel de desconexión es tal que me apetece poco bucear en mi cartera y darle una oportunidad a Hellblazer, a Los Muertos Vivientes, a los muchos juegos de tablero que se extendían por las estanterías, o a las miniaturas de FOW. Supongo que pronto volveré "a las andadas", pero en aquel momento me limité a echar un vistazo a algunas partidas de Heroclix, con gente que me parecía conocer pero que no conseguía identificar; supongo que mejor así...

Tuve la ocasión de coincidir con Pablo Triguero y con Alexis Fernández, viejos conocidos. Podría decir que también coincidí con Manuel, hijo de este último, pero como no tuvimos oportunidad de saludarnos, supongo que porque no me vió, tan solo pude intercambiar un saludo de cortesía con su padre.

He de admitir que, a lo largo del tiempo que estuve en la tienda, me sentí bastante joven, preguntándome qué carajo hacía yo allí, como cuando contaba doce o trece años y no tenía idea de qué iban aquellos juegos raros en las pocas tiendas que existían en Valencia. Imagino que, por la edad, he aprendido a estar callado y no se me escapó a "ah, ¿es que alguien juega aún a esto?" al escuchar a alguien hablar sobre según qué juego, y comprobé de primera mano como el Warhammer Fantasy se está yendo al carajo por momentos. La edad hace que ya pocas cosas me sorprendan, y me dio la sensación de parecer un tipo aburrido que iba como alma en pena de la sección de comics, muy bien surtida, hasta la de libros de fantasía o juegos de mesa. Supongo que alguien, al marcharme, preguntaría quién coño era yo, y alguno quizá se quedaría con la copla de "anda, este es el cabrón de Vilaseca". Cria fama y échate a dormir, dicen...

Que nadie vea una velada crítica en este texto a los dueños del local, que me trataron con toda amabilidad y con una atención exquisita. No hay nada malo que pueda decir de ellos y de su tienda, insisto, que luego siempre aparece un hijodeputa correveidile con ganas de liarla y mintiendo al gusto. Queda dicho.

En cuanto a las miniaturas y su pintado, la verdad es que pensaba que iba a manchar tres miniaturas y, al final, me quedaron bastante mejor de lo que pensaba. Supongo que todo es ponerse, y que esto es como ir en bicicleta. Igual me va a tocar hacer como alguno de los viejos rockeros, que encuentra más reconfortante pintar con un poco de música de fondo y un par de amigos cerca, que dedicarse a partirse la cara en Torneos chungos donde se discute más que se juega.

Me hago mayor, cada vez lo tengo más claro...

JOSÉ VILASECA

miércoles, 28 de abril de 2010

¿ANDE ANDARÁ? (Capítulo III: Tiendas frikis que desaparecieron)

Rescatamos un clásico de este blog, donde refrescábamos la memoria colectiva con algunos de esos datos y anécdotas tan queridos entre el aficionado “valensiano”. Como en estos lares, veteranos de boquilla hay un montón, y pocos fuimos los que, por ejemplo, pudimos conocer al Kutu en su salsa y en directo, o la estrepitosa llegada de Workshop a Valencia, siempre es bueno que todos los que pierdan dos minutos en este espacio común puedan saber “un poquito más” de mi perspectiva del mundillo que, aunque siempre polémica, puedo asegurar que suele estar basada en la realidad y no en rumores tendenciosos. Así es que hoy, hablaremos de algunos de esos lugares de esparcimiento y ocio que, por desgracia, ahora se encuentran cerrados a cal y canto; lástima, porque muchos de ellos eran auténticas “segundas casas” para muchos de nosotros durante nuestra olvidada adolescencia. 

LUDÓMANOS 
Cuando, a fecha de hoy, se habla de “monopolio friki” uno piensa, de forma natural, en Workshop en el caso de las miniaturas, o en Wizards of the Coast en cuanto a cartas coleccionabes (“Magic”, para entendernos). 

Allá muy a principios de los 90, cuando no jugaba a Warhammer ni el Tato, y el Magic estaba aún por parir, el frikismo era ROL, con sus tres letras doradas… y el Rol, al menos en España, era JOC Internacional. A ellos les debemos las primeras ediciones de MERP (El Señor de los Anillos), Runequest o La llamada de Cthulhu, que fueron el trío de ases alrededor del que orbitamos muchos durante nuestra añorada pubertad.

Luego vinieron otros juegos, otras marcas, pero en aquel momento JOC suponía una miríada de tiendas asociadas en toda España, dedicadas exclusivamente a juegos de rol, tablero (generalmente en inglés o frances, con breves traducciones en cuartillas), puzzles y pocas, poquitas marcas de miniaturas de dudosa calidad. Por no hablar de las JESYR, jornadas adelantadas a su tiempo, donde tenían cabida aficionados de lo más diverso alrededor de la Península. 

Algunos viejos rockeros todavía recordamos al famoso Kutu (antes de que fundara Valhalla), acompañado de su escudero Worthy (antes de que recalara en Workshop), regentando Ludómanos. A pesar de su ampliación, en los buenos tiempos (o no tanto) de la llegada de los juegos de cartas coleccionables, acabó lastrada por las malas decisiones de JOC (el juego de cartas del Señor de los Anillos fue su sentencia de muerte, y el declive del rol le acabó dando la puntilla…) y ahora el enorme local pionero en Valencia, en calle Castellón, es ahora una tienda al por mayor, entre muchas de las que surgen en los alrededores de la calle Alicante. Estén donde estén los muchachos de JOC, brindemos por ellos. 

VALHALLA 
Constando como Kutulandia S.L en el registro, y siendo punto de encuentro de muchos aficionados, seguramente Valhalla fue la tienda referente en el frikismo valenciano, tanto por la originalidad de su dueño (inolvidable Kutu), sino por el desparrame de sus clientes (entre los que me incluyo). A pesar de que el Kutu (considerablemente parecido al dueño de la tienda de comics en Los Simpsons), podía echársele por cara sus múltiples excentricidades (como convencerte de que tal miniatura era una castaña, todo eso a gritos, o apalancarse para él, y nadie más que él, un envío de cajas de Magic en los duros tiempos de 3ª Edición – Revised), también es cierto que sus arriesgadas apuestas comerciales nos hicieron conocer juegos que, de otro modo, no habríamos conocido nunca (pienso en el Advanced Heroquest, pero fueron muchos, muchísimos los que preñaron sus estanterías). 

Muchos amigos del instituto acudían (y me arrastraron) hasta allí, como Sergio Bono (levantinista convencido), o Alfredo Álamo (con quien compartía afición por el Scalextric); también los hermanos Rejas Madrigal, Leo y Germán. Tantos que no es raro ver algún grupo en Facebook del tipo “yo también pasé mi adolescencia en Valhalla” o “yo sí que conocí al Kutu”. Dicen las malas lenguas que la presión comercial de Workshop España acabó hastiando al tendero (lo que tampoco me sorprendería), y prefirió cerrar antes de seguir discutiendo. Poco o nada he sabido de él desde entonces, pero siempre quedará aquel bonito recuerdo entre muchos aficionados cuya adolescencia se alargó durante la última década del siglo pasado… 

ROBBY 
Si guardo un especial cariño a Robby es, precisamente, porque aquella fue la primera tienda que pude considerar como “mía”, es decir, donde tuve espacio, tiempo y ganas para organizar saraos, Torneos, Ligas y toda clase de festines. Robby era, como Fraguel Rock, el centro del universo (muchos habituales bromeábamos sobre su ubicación, rodeadas de los más conocidos pubs gays de la ciudad, desde el Bus Stop al Venial…), y tanto en su primer emplazamiento (una tiendecita que no era estrecha… era lo siguiente), como en el segundo (mucho más amplio y cómodo), tenía un halo de entrañable y familia (al fin y al cabo, las dos cabezas visibles de Robby eran los hermanos Zarco, Fernando y Jorge).

En Robby disfruté de los mejores momentos del Blood Bowl (con legendarias partidas de exhibición en Valhalla, o la Liga “rara” en Workshop…), descubrí una pequeña joya de éxito fugaz, como fue el Warzone (y las cartas de Doomtrooper), y conocí a algunos de mis mejores amigos. También hubo otros con los que me abronqué, pero tampoco fue ni mucho menos un rencor eterno y siempre guardaré un agradable recuerdo de todos ellos (David e Iván Bonell, Pau y Gonzalo Rustarazo, el inefable Paul de Quant –visitante habitual de este blog-, Pepemi Devesa, Nacho Nebot, Nacho Hermoso de Mendoza –que me debe una primera edición de Cthulhu desde hace eones…-, Rafa Soler, Tony Kessler, y claro está, los dueños del cotarro –de Fernando no he vuelto a saber nada, y a Jorge le iba bastante bien con temas de cine y fotografía, éxito más que merecido) 

Y si algo aprendí (y la vida me recordó más adelante), fue la sabia lección que me ofreció Fernando, acerca de que los clientes frikis son algo maravilloso o pueden llegar a ser unos cabrones con pintas; o, como decía él (algo que no he compartido nunca, pero en este mundillo está a la orden del día), “vale la pena un cliente que viene una vez a las mil y se gasta 100€, que el que tienes todos los días dando la brasa”. Perla de sabiduría que respeto y aporto… 

PERO HUBO MÁS, MUCHAS MÁS… Y, aunque no es plan de alargar eternamente esta entrada de blog, creo que merecen un pequeño recuerdo ya que, para algunos, fueron “sus” tiendas y, como tal, deben ser recordadas: 

TYMORA: Dicen las malas lenguas (yo me limito a transcribir el rumor, no tengo por qué compartilo), que Tymora surgió del afán de su dueño por librarse del servicio militar, cuando todavía era una obligación y no una salida airosa de la crisis, como ahora. Sea como fuere, y a pesar de que la tienda duró apenas un año y medio, de Tymora se recuerda su simiente de jugadores de Blood Bowl, que formaron la TBBL y que, con el tiempo, impulsaron la Masterbowl en Valencia. Recuerdo que Quique Cebriá, currante de la Vega como yo por aquel entonces, recaló en Tymora como, si mal no recuerdo, Doc Drak y otros muchos. Que les vaya bonito, pues se lo merecen 

LA RODA DEL TEMPS: Lo cierto es que esta tienda, cercana a la Plaza de Jesús, fue de las que menos oportunidades tuve de conocer. Creo, si san Google no miente, que actualmente son una asociación con foro propio. Uno de los escasos recuerdos que tengo de este lugar fue haber visto, por primera vez, las cartas de “La ira del Dragón”, ese intento de Fournier de emular el éxito del Magic con cartas ilustradas por Royo, cuyo sistema de juego era más que infame. 

DOMINIA: Aquí sí que tengo que echar de hemeroteca, pues el recuerdo de Dominia, aquel bar en Monteolivete donde igual te servían unas cañas que te pegabas unos tutes de Magic, se difumina en la noche de los tiempos. Cabe la posibilidad de que haya patinado con el nombre, pero las dos veces que fui acabé odiando el Warhammer (me costó casi una edición recuperarme y convertirlo en mi juego de cabecera), cuando los dos que se exhibían sacaban 40 zombis cutres del Heroquest y a Nagash armado hasta los dientes. ¿Y eso es un ejército?, creo recordar que pregunté. El otro llevaba veinte enanos, dos cañones y un Altar. Para echarse a llorar… Y hasta aquí la edición de ¿ande andará? De hoy. Espero que amigos, colegas, enemigos, moderadores tontos de solemnidad, tiranos de mesa camilla y toda fauna que me soportáis, nos veamos en una próxima ocasión. Hasta entonces… JOSÉ VILASECA

jueves, 22 de abril de 2010

EL NEGOCIO DEL OCIO

Para quien haya disfrutado de una educación clásica, sabrá que la palabra "negocio" proviene, precisamente de la negación del ocio. Son estos términos que deberían presentarse enfrentados, y nunca solaparse; en embargo, la tozuda realidad nos recuerda que, allá donde hay aroma de billetes verdes, al empresario maligno se la trae al fresco que el asunto vaya de vender tomates, de colocar pisos por encima de su valor de mercado, o de comerciar con ocio. 

Son recientes las manifestaciones de esos artistas trasnochados y de éxito olvidado reunidos ahora en la SGAE, reclamando su generosa parte del pastel de un ocio que históricamente no solo ha sido popular sino libre de impuestos; así, cualquier manchafolios, gritalemas y pintamonas que se precie exige su porción de dinero contante y sonante por rascarse la seta, mientras que los grandes clásicos se consideran "COPYLEFT" o como carajo hayan bautizado ahora todas las obras maestras de difusión libre (la paradoja de poder difundir gratuitamente la 9ª Sinfonía de Beethoven, y tener que pagar un canon porque la charanga toque "El Venao" en las fiestas del pueblo). 

El ocio friki es igual, no se vayan ustedes a pensar. Mucha Asociación, mucho Torneo, mucha buena voluntad por parte del aficionado, y al final acabamos dependiendo de unos hijos de la Gran Bretaña que cambian "tu" juego porque les sale de los cataplines. O porque, mal que nos sepa, es "su" juego, a pesar de todo. 

Pienso en cómo el Warhammer ha cambiado desde que me fijé en él allá en los tiempos de los enanos sin rodillas en plástico gris, las quedadas en Valhalla completando ejércitos con los esqueletos cutres del "Heroquest" y los tramposos de turno marcando la carta "Energía total" en el clásico mazo de magia. Cuando la tropa regular era demasiado cutre para gustarle demasiado a nadie, Warhammer tendía de forma natural hacia los personajes montados en bicho gordo y con alas, al coste de chorrocientos mil puntos; aquello es lo que vendía, y, como tal, la 5ª edición respondía a tal necesidad (quizá la 4ª también... pero menos); vimos cajas de iniciación con elfos y goblins de una pieza, y evolucionamos hacia caballeros bretonianos que podían llevar la lanza enhiesta o en ristre (¡el colmo de la tecnología!), pero usted deme a Nagash en plomo (¡din, din... caja!), y déjese de milongas... 

La irrupción de los regimientos en plástico y multicomponente dirigió la política comercial de la casa inglesa hacia la tropaza en detrimento del lobo solitario armado hasta los dientes y que brillaba en la oscuridad. El bonificador adicional por superioridad numérica (inexistente hasta entonces, y que aún se encuentra presente en reglamentos basados en 5ª, como puede ser el Ancient Battles), conseguía que el cabronazo "picadora-de-carne" no fuera tan chulo delante de una lamentable marea de esclavos skavens, que de base le ganaban el pulso por +4 (tres filas y potencia), por no hablar de una brillante unidad de infantería pesada, con su estandarte y su músico, donde la sangría podía ser legendaria. 

De repente, nadie quería ver ni en pintura a sus personajes favoritos, y Archaon criaba polvo en la estantería. Claro, siempre quedaban nostálgicos (o chiquillos), que se agenciaban al matamucho de rigor, pero eran los menos, y las compras se hacían en múltiplos de 25 euros, que era lo que costaban las cajas de regimiento por aquel entonces. Y entonces, llegó el nuevo cambio. Los regimientos pasaron a formarse de 10 en 10 miniaturas al precio de 20€ la caja (estabas pagando 40€ por lo que antes te costaba menos de 30...), y los malabaristas de Workshop reeditaron el reglamento por 7ª vez. 

Los primeros libros de ejércitos fueron una forma de quitarse de encima esas tropas que nadie quería en 6ª Edición (orcos Negros, Príncipes Dragoneros, Verdugos, Leones Blancos, y un largo etcétera), adaptando sin vergüenza ninguna las nuevas reglas para hacer más atractivas estas tropas. Pero, con la llegada de los Demonios, empezó el desparrame. Ahora ya no hacían el ejército atractivo, lo hacían INVENCIBLE. No había Dios que quisiera ganar un Torneo que no tuviera "el último ejército", como si esto fuera una gran carrera de Fórmula 1 donde tener el mejor motor, el más reciente, supone la diferencia entre el podio y el montón de atrás. Una máquina de generar dinero y arrebatar ilusión por el ocio acojonante... 

 Y al final, un juego con tantas posibilidades (modelismo, pintura, trasfondo, estrategia, etcétera), acaba convertido en un reducto de sufridores que añoran lo que fue y nunca volverá (salvo que camines por el "wild side" y abraces el Oldhammer), y "chetos", como en los videojuegos, que solo se preocupan de exprimir las reglas o su bolsillo al máximo para que alguien le de dos palmaditas y una copa en el evento de rigor, se crean los más mejores de su casa o su chupipandi, y hasta la próxima, colegas. 


Sinceramente, me gustaría convencerme de que la 8ª Edición del juego, que saldrá a lo largo de este segundo semestre del año según dicen por ahí, será un motivo para "hacerme volver" a la palestra, repintar a mis caballeretes, rescatar a mis arqueros, y echarme una partida tranquilo con algún amigo sin tener que ciscarme en el reglamento después de cada tirada de dados o consulta de regla absurda. De verdad de la buena, que a mí las maletas llenas de trastos me gustan poco o nada. Sin embargo, mucho me temo que la 8ª será "más de lo mismo", que los cabrones que convirtieron mi ocio en su negocio (con mi complicidad y la de otros muchos, todo sea dicho de paso), darán una nueva vuelta de tuerca para que sigamos odiando en lo que se ha convertido el Warhammer, y que continuaremos refugiados en juegos menos populares pero, sin duda, más ociosos 

JOSÉ VILASECA

jueves, 18 de febrero de 2010

No me llames raro...

Podía tratarse de una declaración de principios, de una serie "friki" (o "geek", como ahora nos llaman los entendidos), pero no es una cosa ni la otra, sino todo lo contrario... "No me llames raro" es mi sección semanal en el programa de radio "Lo que haga falta", que se emite a diario en MI RADIO FM (una emisora local, accesible desde el 90.1 del dial valenciano, y a través de internet y Facebook). 

Como podéis imaginar, es un buen escaparate para hablar de rarezas, de aficiones, del hobby en general y que destapa un tarro de esencias que no sabía que tenía, sinceramente. Después de haberme embarcado en aventuras empresariales, administrativas y editoriales, la posibilidad de acabar agarrado a un micro y lanzando ondas radiofónicas al espacio ni se me pasaba por la cabeza, qué queréis que os diga. 

Ya sé que no es un programa (solo una sección), y que la palabra "amateur" se queda corta para definir mi disposición con los auriculares y el "dentro cortinilla", pero en este punto de mi vida, este divertimento es una guinda en el pastel (una más), de una existencia relajada en tiempos revueltos (sí, como la serie). 

 Para que este artículo no se convierta en una mera cuña publicitaria de una cadena, de un programa o de una sección, y a la espera de poder colgar aquí o allá las apariciones de un servidor en formato cómodo de escuchar, sirva este rincón que me busqué para hablar de las bondades de un medio, la radio, al que le debo muchas horas de entretenimiento. 

Cuando la tecnología moderna funcionaba en cintas de casette (lo del CD era una utopía cara y lejana), fui de los muchos que llené mis TDK gracias a la doble pletina o, en el peor caso, a colocar una impagable grabadora junto a un bafle, esperando con paciencia "esa" canción, mientras descubría, en el proceso, otras muchas que desconocía y que me han acompañado con el tiempo. Esa primera aparición de Roxette con "The look", cuando lo más sueco que había sonado por estos lares era ABBA, o aquel "The show must go on" cuando Freddy Mercury se nos iba sin remedio, son melodías que uno no se cansa de escuchar, incluso ahora que no tienen estática, y se graban simplemente con un click de ratón. 

Ya hace unos años, cuando tan solo era un humilde baldeador de la Vega, descubrí gracias a algún compañero enganchado al transistor el impagable programa "Hablar por hablar", que ahora sigue en la SER, donde se juntaba lo mejor y lo peor, y que dio pie a grandes temas de conversación (donde el acostarse con quien no tocaba, estar arruinado o querer quitarse de enmedio resultaban recurrentes día tras día). Ya tiempo después fui de los que presencié (quizá mejor "escuché"), el alumbramiento de KISS FM, emisora pastelera pero siempre agradecida. Aquella cuña de "música sin estridencias" era una "vuelta a los orígenes", porque los 40 Principales se habían convertido en una plataforma de la comercialidad más rancia, y, por si eso fuera poco, Joaquín Luqui había pasado a mejor vida, haciendo compañía a tantos buenos que se fueron. 

Y, por qué no decirlo, las tardes de sábados y domingos no serían tan divertidas sin escuchar el desparrame del "Carrusel Deportivo", a pesar de que alguna vez acabes harto del "¡Coronita, woh!" o del "Tu retratito lo llevo en mi cartera". Por cierto, a ver quién tiene cojones de decir que escucha el Carrusel y no sabe que el jamón Guijuelo es único en el mundo, undo, undo, o que las bodegas Bocopa tienen los vinos de España y de Europa... Asi, a pesar de que uno tampoco llega el primero a la meta (siempre hay "raros" que han hablado de "rarezas" en FM o en onda media), ahora me ha tocado a mí. 

Ya hemos desbarrado de zombies, de super-héroes y de James Bond. La semana que viene, turno para Conan. Si alguien quiere una canción dedicada, ya sabe dónde encontrarme. Porque el video mola mucho, pero nunca matará a la estrella de la radio...

JOSÉ VILASECA

viernes, 8 de enero de 2010

MENTIRAS Y GORDAS EN EL BARRIO DEL CABANYAL

Nuestro bienamado Gobierno socialista, tan liberal y tan lleno de talante, que vela por el interés de sus camaradas ciudadanos a golpe de decretezo buenista y democrático, personificó en su ministra de InCultura la última demostración de que no tiene puñetera idea del país que le ha tocado gobernar, confirmando que, mientras los miembros y las miembras del Gabinete viven en la calle de la piruleta del país de la gominola, los demás tenemos que seguir batiéndonos el cobre en España. Que viva ella.

Así, González Sinde, la misma que fue capaz de parir el guion de ese dechado de virtudes cinematográficas llamada Mentiras y Gordas y firmó ese acta de censura decididamente estalinista que impidió a todo fan de las películas de terror y casquerío poder ver Saw VI en salas convencionales, resulta que no siente vergüenza ninguna en tratar de paralizar la ampliación de la Avenida Blasco Ibáñez sin haber pisado Valencia más que, supongo, para meterse una paella entre pecho y espalda a costa del erario público.

Supongo que ese arrebato proteccionista de la guionista convertida en ministra socialista (sí, todo rima todo con lista…), se deberá a su superior inteligencia y a su incomparable capacidad empática (nótese la sutil ironía), porque en lo que se refiere a sentido de la realidad, anda bastante perdida.

Entiendo que algunos de los damnificados por la ampliación, sí serán personas honradas sin más deseo que conservar sus casas, y, de corazón, lo siento por ellos. Pero también sé de muchos que llevan pagando míseros alquileres que nunca se han revisado, y que han aprovechado todo resquicio legal para seguir viviendo en su fantasía “años sesenta”, cuando resulta que todo hijo de vecino ha tenido que actualizarse. Conozco de unos cuantos potentados locales, con su casa de lujo en urbanización lejana, que son capaces de pagar religiosamente a los okupas y antisistemas de turno para que hagan ruido, tiren huevos y campen a sus anchas en esas casas heredadas, por las que pensaban sacar un filón y que, ahora, les han expropiado a un precio que no cubre sus faraónicas expectativas. Y, por último, conozco a muchos vagos, maleantes y “respetables miembros de etnias minoritarias”, de esos que queman palés en medio de la calle, se enganchan a la luz y te ofrecen droga a la puerta de sus casas con toda impunidad, cuya presencia no es nada “tradicional” en el barrio marinero y que estarían mucho mejor en una vivienda unifamiliar con barrotes en vez de puerta.

Y todo esto lo sé, no por listo, ni por socialisto, ni por ministro… sino porque vivo en ese barrio, he pisado sus calles, sé qué lugares evitar a determinadas horas del día, y preferiría no tener que hacerlo. Porque, sin ir más lejos, vi, muy jovencito, inaugurar el jardín de la Plaza Lorenzo la Flor y convertirse en un ghetto donde se organizaban peleas de gallos. Y ningún fulano con intereses creados y muchos pájaros en la cabeza me ha tenido que enviar informes sobre una realidad parcial y torticera, porque la Verdad, con mayúsculas, se conoce paseando por las calles del Cabanyal y el Canyamelar, escuchando lo que cada cual de sus habitantes tiene que opinar… y no esperar que una señora puesta a dedo en su cargo, y cuyo único mérito ha sido dar el argumento de una comedia bufa donde los adolescentes toman drogas y enseñan las ubres y el badajo, venga a opinar sobre el suelo que vengo pisando toda mi vida desde hace treinta y cuatro años.

JOSÉ VILASECA