miércoles, 25 de junio de 2008

Jodida niñata (Con amor, para Ephira)

Dicen que "quien con niños se acuesta, meado se levanta". O cagado, según sea su nivel de escatología. Aunque uno, Maestro de Educación Infantil y padre de niño en proceso de control de esfínteres, debería estar acostumbrado a un pipi o una caquita cuando no toca, el hecho de encontrarse con una niñata de 16 años cuya "cagada" supone que te visite su iracundo padre y que su amado novio acabe mes y medio en Godella sin dar señales de vida solo por el gusto de que la muchacha mantenga una mentira, una promesa absurda solo para hacerle el culo gordo a quien no corresponde, pues te acuerdas del refrán y de su santa madre, de paso. La niñata llamada Miriam es el ejemplo perfecto de adolescente con tres cerebros: El cerebro situado en el corazón espera un caballero galante y amoroso, de rosa roja y usted primero, mademoiselle, que compita con otros caballeros sobre cómo inclinarse adecuadamente para hacerle la reverencia deseada a la princesita de turno. Un poeta de tres al cuarto, vestido de negro, que supiera de elfos, dragones y vampiros; el cerebro situado en la cabeza, en cambio, anda tras la pista de un joven católico, blanco y de buena familia, que es lo que espera su familia neocatecumenal (kikos, sí, de esos que acojonan casi más que el Opus, sobre todo porque dan aún más por el culo haciendo menos ruido, y nos dejan al resto de los cristianos a la altura del betún...). Su tercer cerebro, evidentemente instalado en el chichi, imagino que arde en deseos de que alguien sin tantas melindres le quite la tontería a base de polvos, algo muy común entre las niñas pijas / góticas / emos (tachar lo que no corresponda) en estas edades... Pongo la triple disyuntiva, pija, gótica y emo, porque aquí la escribiente nunca comprendida tiene rasgos de las tres tribus urbanas, lo que tampoco habla muy bien de ella... ni de las tribus urbanas. Su tendencia a la depresión y el pre-suicidio (un suicidio light, simple luz de gas de quien no tiene cojones u ovarios para irse por su propia mano al otro barrio, pero la idea le pone...), es propia de los emos (emotional hardcore, dicen que significa), mientras que su manera de curarse, tirando de la tarjeta de mamá en El Corte Inglés o haciéndose unos largos en la piscina spa más cercana, tienden más al ramalazo pijo de familia acomodada y con pretensiones kikoargüellistas. La vertiente gótica supongo que la complementan su afición por Vampiro: La Mariscada y sus "nunca bien comprendida" vena literaria, cuyas más recientes expresiones son su paso por un foro de escritores adolescentes (generalmente pedantes y tontos del culo), y la finalización de su novela "Ephira", que seguramente tendrá que reescribir porque "a su papi no le gusta" (sic) "Éphira" es uno de esos pestiños que mezclan Tolkien con Yo soy bea, combinando sin pudor los personajes del primero con el infumable guión de la segunda. Un legajo escrito con la nalga izquierda donde SIEMPRE hay un centauro, o un unicornio o un caballo (¿zoofilia encubierta?), donde los elfos son efebos sexualmente ambiguos y los enanos son gruñones, y, faltaría más, los estereotipos campan a sus anchas. Generalmente esas "obras" acaban convirtiéndose en una suerte de Corín Tellado pasado por el tamiz del Warhammer, y a pesar de que suelen comenzar con una valiente guerrera o aprendiz de maga, independiente y androfóbica, siempre aparece un tontolaba con pelo largo y tableta de chocolate que consigue que a la protagonista se le haga el chichi agua y la acabe salvando, explícita o implícitamente. Sí señores, esta es Míriam; capaz de frotarse la entrepierna con cualquier cebolleta a distancia de carga (incluso con la mía, que no por menos conseguirlo ni significa que no lo haya intentado), y luego quejarse amargamente de que su ex-novio "intentó violarla". Esa es la niña malcriada y caprichosa capaz de pedir que se pare el mundo porque había discutido con una amiga, y tener la desfachatez de contarte su "depre" justo cuando te acaban de "soplar" 800€ en facturas (¿me cambias mis facturas por tus chuminadas, cariño?). Esa es el trozo de carne con patas a quien no se le cae la cara de vergüenza asegurando que "nos echa mucho de menos"... y no ha sido capaz ni de darme el pésame por mi padre (algo que la pone a la altura del mierdecilla alicantino de cuyo nombre no quiero acordarme, lo que tampoco es un gran consuelo...) Como espero que alguna vez pueda leer estas líneas (y espero que no tenga la cara dura de volver a enviarme a su padre, que aparte de no enterarse de la misa la mitad, tiene tanto o más que callar que la niñata de marras... castigos y chantajes emocionales incluidos...), espero y deseo que AHORA SÍ tenga motivos para tragar saliva, apretar los puños y jurar señalando al cielo, puesto que lo que había vivido y sigue viviendo hasta hoy no es más que una mentira en un mundo de piruleta hecho a medida para que la vida no le dé demasiado fuerte y se haga "pupa". Crece, Miriam. Crece de una puta vez y deja de dar la vara a los que tienen la desgracia de que los llames "amigos" JOSÉ VILASECA HARO

miércoles, 18 de junio de 2008

Porque todos tenemos sueños...

Azar del destino, entre finales de la semana pasada y lo que llevamos de esta, un par de sueños se han cumplido; el primero, es un sueño propio y cumplirlo solo es el primer paso para cristalizar una ilusión de años, mientras que el segundo es un sueño familiar, ajeno aunque cercano, y el hecho de que se haya cumplido es el premio al trabajo bien hecho... un trabajo que comienza de verdad a partir de YA. 



Ese sueño ajeno al que me refería es la confirmación, la aceptación esperada y merecida, de la Real Hermandad de la Flagelación del Señor, que preside mi hermana Mª Carmen. Ni decir tiene que allá arriba, un tipo sensacional, calvo y con barba, que dejó un gran vacío en nuestros corazones debe estar brindando con sidra por su hija y por todos los suyos. Vaya dedicado para él este sueño cumplido. Quizá por lo mucho que mi padre vivió y sufrió por su querida Semana Santa Marinera, es por lo que he puesto tierra de por medio respecto a la tradicional fiesta de la Pasión, Muerte y Resurrección. 

Quizá porque he visto en mí mismo, en mi hobby, y en los que me son cercanos, un calco perfecto de lo que fue la andadura de mi propio padre dentro de las Hermandades, de las Parroquiales y de la Junta Mayor, quizá por ello el paralelismo es claro y te proporciona una posición privilegiada para ver lo que pasa por el "mundillo". Así, de la misma forma que algunos Presidentes de Junta Mayor (afortunadamente, contadas excepciones), lo han sido por su gusto por salir en los medios, y han hecho del engaño, de la manipulación y de las dobles contabilidades su tarjeta de visita, otros energúmenos "frikis" han fundado asociaciones de "lo suyo", se han ganado favores en la política local de pueblos perdidos de la mano de Dios, o han usado el trabajo ajeno para publicitar como suyo proyectos absurdos e imposibles. 

Así, de la misma forma que he visto entrar en mi casa, saludar a mi madre y beberse hasta el agua de los floreros a gente que se decía "amigo" de mi padre, y que luego lo han vendido y traicionado por menos de los treinta sickles de plata por los que Judas hizo que prendieran a Nuestro Señor, también he tenido gorrones que han bebido, comido y dormido en mi casa (¿recuerdan lo de "a cama hecha y a mesa puesta?"), sin agradecer siquiera las horas de sueño y de vida que he perdido en el proceso.

Igual que mi padre trabajaba incansablemente por la Semana Santa, cuando el libro anual se hacía en mi casa, cuando los recibos de publicidad los cobraba mi madre (y no quiero ni recordar los muchos "pendientes de pago" que se quedaron sin cobrar, porque se me cae la cara de vergüenza... ajena), y cuando solo Dios sabe el dinero que le ha costado a mi familia esta "fiesta" que amamanta a gentuza tan desagradecida, y, aún así, le han acusado de lucrarse y de pagarse el piso gracias a la "fiesta", del mismo modo me he partido la cara por proyectos que solo han servido para que UNO se metiera dinero en el bolsillo con la ignorancia o el beneplácito de sus afines más cercanos

Brindo por ti, papá. Y brindo por ti, Mª Carmen


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Hablemos ahora del otro sueño, más amable y menos arisco que el primero... 

 Desde que tengo uso de razón, me recuerdo delante de un teclado. Primero, una "Remington" de estas negras, enormes, de las que salen en las películas de la II Guerra Mundial, con nazis y espías. Pesaba un huevo y la yema del otro, se saltaba algunas letras, pero allí me teníais a mí, jugando con chapas, con clicks de Playmobil y con los Masters del Universo... y escribiendo en aquel monstruo oscuro que tantos buenos ratos me hizo pasar. Poco después, mi padre, bendito sea, me "cedió" casi a regañadientes una Hermes Baby, una joya blanca que coloqué como un oficinista aplicado en un soporte para máquinas de escribir, y allí pasé mis horas, mis tardes, escribiendo con aquella letra redondilla e inclinada hacia la derecha. 

La usé tanto, y tan intensamente, que acabé destrozando el sistema de retorno de línea y, cada vez que pulsaba tres teclas, el carro corría automáticamente hacia la izquierda y me llevaba al final de la línea. Esta pequeña maravilla, igual que la siguiente, una Olivetti (creo) amarilla, de letra clásica, fueron equipaje obligado cada vez que salía de Valencia, siquiera para irme un fin de semana a Chiva con la familia. 

El teclado ha sido mi vida, no existiría sin él; y, a pesar de que sigo escribiendo con dos dedos (a veces uso alguno más, casi por vergüenza), y de que las cintas redonda dejaron paso hace ya años a las impresoras y a los ordenadores personales, todo esto forma parte de mí como un brazo o una pierna... Supongo que podría vivir sin ello, pero sería muy distinto... 

Ya desde pequeño, escribiendo libro-juegos, pequeños cuentos, y toda clase de historias, me dije que algún día vería publicado algo con mi firma. Conseguí alcanzar aquella meta cuando un artículo Editorial del diario "Las Provincias", a 4 columnas y en la página 3, nada menos, finalizaba con un "José Vilaseca Haro" que me arrancó una sonrisa... y cuyo recuerdo todavía guardo como un momento breve pero feliz. A medida que crecía, mi meta se transformó y apunté hacia el Premio Planeta. No como "ganador", por supuesto, ni siquiera como "finalista" sino, simplemente, como un "Vilaseca estuvo allí"; tener la satisfacción, al ver aquellos trescientos y pico de ejemplares presentados, cuando hacían reportajes sobre la edición de tal o cual año, de que uno de ellos era un ejemplar mío. 

Conseguí cumplir aquel sueño el pasado año, cuando mandé "Llamadme monstruo" y, a pesar de que no alcancé la gloria, ni siquiera entré entre los diez finalistas, al menos recuperé los originales con una carta de Planeta agradeciendo mi participación: Un "Vilaseca estubo allí" la mar de satisfactorio. ¿Qué es distinto este año, habiendo mandado "Padre muerte" después de terminarlo, casi a la carrera, día y medio antes de que terminara el plazo de presentación de ejemplares?. 

Básicamente la meta es la misma, ¿no?. Presentas el libro, esperas paciente, te frustas cuando se filtra que ni de coña estás entre los diez candidatos que marcan el corte y te hundes cuando acaban poniendo sendas coronas de laurel a dos compañeros del grupo PRISA :) Quiero pensar que, con un poco de suerte, las "malas lenguas" que hablan de amaños y apaños en aquel certamen se equivocarán este año, y que una editorial como Planeta se decidirá a darle una oportunidad a un desconocido como es mi caso... Siempre y cuando mi obra sea superior a todas las presentadas, algo que parece complicado... 

Porque, en todo caso, ese último sueño del escritor, el ver publicada tu novela, con sus tapas, su foto y tu careto en una de las solapas, pasará por caja (por la caja familiar...), y me costará el caprichito de 5.000 euros de nada, que es la cifra que se maneja habitualmente a la hora de auto-editar... Lo dicho, los sueños, sueños son... 



JOSÉ VILASECA

martes, 10 de junio de 2008

Comenzamos dando abrazos en lugar de palos... LLIRIA

Hola de nuevo: 

 Si hay un caso curioso en el mundillo del Warhammer en la provincia de Valencia, puede que sea el caso de Lliria. Para quien no sepa de geografía política, Lliria es una población a unos 30 km. de Valencia con 20.000 habitantes (aproximadamente), sin tienda de hobby en la actualidad (las iniciativas de Game Shop -saqueada y mal gestionada- y Les Forques -simplemente mal gestionada-, fracasaron años atrás), y que ha visto nacer, crecer y multiplicarse a un numeroso grupo, que a pesar de tener muchos nombres e inquietudes, suelen reunirse bajo la bandera del "Klan Lliria".

Ha llovido mucho desde que en la primavera de 2002, minutos antes de comenzar el que sería I Torneo "Ciudad de los Silos" de Burjassot, encontré a Sergi Chisvert e Ignasi Llopis, apenas unos chavales de Primaria, esperando con sus maletas a la puerta de la Casa de la Cultura. A Ignasi, "Ignasificus" lo conocía del correo electrónico y de la web "El Glorioso Reino", mientras que a Sergi, el buen "Cherchi con chuch chabalíech", lo conocía precisamente aquel día. Todavía recuerdo ese chiquillo, enfrentándose a Rafa Masot en la mesa de mi derecha en la 1ª partida del Torneo, haciéndole huir una unidad de Caballeros bretonianos con una catapulta lanzagoblins prestada que, creo, jamás volvió a utilizar. 

Poco a poco, el animoso grupo de chavales fue aumentando y tuvimos la oportunidad de montar un pequeño Torneo en Benissanó, concretamente en la biblioteca (que después sería asimilada como despachos para el ayuntamiento). Fue el primer Torneo exclusivamente Junior que se realizaba por estos lares (y creo que de los pocos que se ha organizado regularmente en España), y duró hasta que algunos impresentables de Benissanó consideraron más importante tocarse las bolas durante las fiestas del pueblo que echarnos un cable (o encargar los trofeos, o el agua para los participantes...), y ni Sergi ni yo teníamos el cuerpo para tanta juerga... 




Los he visto crecer y a alguno, por desgracia, lo he visto morir. No es justo que un chaval tan joven se nos vaya, pero el hecho de que, los dos últimos años, el Torneo se llamara Memorial "Pere Maza" fue el mejor recuerdo que tuvimos para un amigo que significó mucho para los chavales edetanos. 

Recuerdo esos viajes a Lliria, esas reuniones en la horchatería para preparar los primeros Torneos de Benissanó; esas "novias fogosas" que acompañaban a los muchachos (sobre todo a Miguel Gorgues) de Torneo en Torneo, o la experiencia del primer Torneo que se celebró en "Gameshop Lliria" y que vencí, después de imponerme a Sergi en una final con dos gigantes orcos... Las hazañas de "Gablag el Poderós", general Orco del amigo Sergi que tenía de todo menos de "poderós", y las horas de pintura contra-reloj para tener acabadas a tiempo las miniaturas de Jesús "Pelus" o de Miguel Ángel Rubio (Rubio, por cierto, aún me debes pasta de la última tanda de miniaturas...) 




Cada año, no me pregunten por qué, Lliria crece; primero fueron los hermanos Omar y Ciro Alcocer, más tarde llegarían Fran Cantó y David Monleón. Joan Solaz siempre ha andado por ahí, sin jugar pero sin poder evitar venir a los Torneos, y en la última hornada se incoporaron Alex y Manu Fernández, padre e hijo, y Fran Beltrán. 

 Resulta difícil, e injusto, tratar de resumir seis años de amistad en unas líneas. Muchos Torneos, muchas quedadas, muchas conversaciones... Incluso ahora, universitarios muchos, otros trabajando y todos con sus preocupaciones, tienen tiempo para hacer alguna escapada y visitar nuestra tienda, o participar de alguna actividad que montemos. Espero que así sea por muchos años. Brindo por ellos. Un abrazo, Klan Lliria... 

 JOSE VILASECA



lunes, 9 de junio de 2008

Porque debe haber un comienzo

Hola a todos:

Llevo escribiendo delante del teclado, de una vieja Remington primero, más tarde frente una Hermes de letra redondilla y, por último, frente a la pantalla de un ordenador, desde hace más de 25 años. Y solo tengo 32, así que podréis entender la importancia que tiene en mi vida la letra impresa.

Si has llegado hasta aquí por casualidad, quizá en otra ocasión tenga la oportunidad de presentarme de forma más completa, disculpa si lo consideras descortés; si has llegado de forma dirigida, si alguien te ha facilitado la dirección (seguramente yo mismo, vanidad de vanidades), imagino que me conocerás lo suficiente para no necesitar presentaciones, y tendrás una opinión de mí. Espero que buena, pero no es algo que importe mucho, ¿verdad?.

En esos 25 años de memoria escrita, he podido completar pequeños artículos periodísticos, cuentos infantiles, novelas de toda clase que seguramente dormirán en sueño de los justos hasta que alguien se anime a editarlas (me incluyo), ensayos y un largo etcétera... pero nunca un diario. Ni siquiera un "libro de agravios", aunque algunos creen que así es, siento desilusionarles.

Sin embargo, y como he visto que por muy buenas razones que uno tenga, a la hora de hablar o de escribir, siempre hay una caterva de borregos, palmeros e hijos de puta del más diverso pelaje que van a negar la mayor, y empeñarse en patinar sobre hielo cuesta arriba, cagándose en la razón, en la verdad y en todos esos valores que aún deberían tomarse en consideración, he creído que es el momento de llamarles a cada cual por su nombre, que quien le pique pues que se rasque y que le den por el culo al mundo.

Y como ya me dí el gustazo, hace unos meses, de redactar veintipico páginas tratando de confirmar algo que ya sabía y que, por desgracia, no pude llevar a los tribunales como bien hubiera querido, esos mierdas con patas que son Tony Latorre (con "y", que si no se molesta...), Raúl Pucheta y su fiel perrito faldero Andreas Figueres (desde aquí, recuerdos a la madre que lo parió, la "funcionaria judicial" que escribía con faltas de ortografía), me han enseñado que no importa lo que escribas por internet que, a fin de cuentas, todo es coña, a nadie le importa y la verdad no es más que algo relativo que no le interesa a prácticamente nadie... salvo a quien la defiende. Así que si tú la defiendes, compañero, hazlo bien que yo me bajo en la próxima...

Como reza el dicho taurino, que Dios reparta suerte... que cuernos ya repartió entre algunos y se quedó descansado...

JOSÉ VILASECA