miércoles, 15 de diciembre de 2021

Rompiendo tabúes con el suicidio y la salud mental

 La triste pérdida de Verónica Forqué y las informaciones que apuntaban a su supuesto suicidio vuelven a traer a la palestra un par de temas abiertamente controvertidos: la salud mental y el suicidio. Parece que hay miedo a hablar de estos temas, que la corrección política (o el temor a la imitación), nos anima a pasar de puntillas por el asunto y acabar afirmando que son “cosas que pasan”.

Y, es cierto, son cosas que pasan… más a menudo de lo que parece. La presión profesional, los divorcios conflictivos, el consumo de drogas, la ruina económica o problemas graves de salud mental empujan a personas, más de las que nos imaginamos, a acabar con su vida. No sólo es un drama sino que parece que nadie se pregunta por qué realmente alguien quiere “quitarse del medio” y cómo respondamos socialmente nos valorará en conjunto: si seguimos dando la espalda a esta realidad, al final, somos cómplices de la misma.

La “solución” que algunos iluminados han encontrado es, pásmense, cancelar “Masterchef” porque, claro, fue “la puntilla mató” a Verónica Forqué. Esto me recuerda al dicho del dedo que apunta a la luna y el necio sólo mira al dedo. Nadie se pregunta qué le ocurría a Verónica, si estaba preocupada por su salud, por su trabajo, si se veía sola o mayor, si había tenido alguna grave decepción en su vida o el lastre que traía tras de sí.

Ante estas dudas nos tenemos que preguntar: ¿está preparada la Sanidad Pública para atender la demanda de “paz mental” de millones de personas? Citas que se atrasan durante meses, medicación sistemática y tratamientos en ocasiones discutibles o contradictorios entre sí. O, peor todavía: ¿estamos preparados a nivel personal para tener cerca de nosotros a alguien inestable emocional o psicológicamente? Más allá de bonitos mensajes en redes sociales, velas y oraciones, ¿detectamos y tendemos una mano a quien nos da mensajes claros de que está al borde del precipicio?

Soy el primero que admite mi incapacidad o mi distancia, en ocasiones, respecto de esas personas. Quizá porque no son de mi círculo personal y considero “invasivo” preguntarles abiertamente “si están bien”, o por temor a una mala reacción. Igual que estamos preparando a la nueva generación para evitar el acoso, el machismo, la homofobia… deberíamos trabajar la empatía por el prójimo y saber que una sonrisa, un saludo, un café o una visita hace más bien que una caja de Diazepam.

Gracias por leerme.

martes, 30 de noviembre de 2021

Los muertos siempre salen a hombros

 LOS MUERTOS SIEMPRE SALEN A HOMBROS


Llevamos varios días soportando una mezcla entre alabanza eterna y plañido desgarrado (la publicidad en redes del tema que focaliza "Lo País" roza la náusea), por la muerte de Almudena Grandes. En general, lo poco gusta y lo mucho cansa y yo tiendo a cansarme enseguida, básicamente porque. como afirma mi buen amigo Víctor Rutea, "la normalidad está sobrevalorada" y servidor tiene poco de normal.

Para mí, Almudena Grandes es el Joan Fuster de la izquierda castellano-parlante de finales del XX y principios del XXI: una escritora del montón (sí, ya se pueden rasgar las vestiduras), hinchada de forma artificial por la recua de palmeros de turno (Grupo PRISA a la cabeza), para convertirse en un referente "de las nuevas generaciones".

A ella debemos ese refrito posmoderno de "Lolita" llamado "Las edades de Lulú" (ver en la adaptació cinematográfica a Óscar Ladoire afeitándole el felpudo a una Francesca Neri con 26 castañas haciéndose pasar por una Lulú de la mitad de edad no tiene precio), o declaraciones tan jugosas como que "fusilaría a dos o tres voces de comunicadores a diario" o detallar "el goce que una monja (violada), sentiría al ser asaltada por un grupo de milicianos jóvenes y sudorosos" durante la Guerra Civil son sólo detalles de una existencia marcada por el servilismo de los medios afines y de sus lectores afines, valga la redundancia.


Cuando le llegó su hora, salió a hombros (como todo Cristo), y se vieron en su entierro gestos tan 
"espontáneos" como un grupo de cenutrios "mostrando sus libros" en señal de... ¿qué, exactamente? ¿un montaje buenista para la posteridad? ¿una "performance" ridícula?

Discutía con el bueno de Paco Arenas (al que espero que le vaya bien siempre, incluso haciendo puñetas que fue donde lo envié), en un hilo convenientemente borrado por Miquel Sanchís (nunca valoraremos lo suficiente su magnífica labora de moderación en los grupos literarios que encabeza), sobre cuestiones como su "calidad literaria" o su "honda huella humana", teniendo en cuenta que no solo cojeaba del pie izquierdo sino que era alabada e incluso premiada por ello.

En un solo mes hemos disfrutado del akelarre mediático contra Carmen Mola (al descubrir que, en realidad, eran tres hombres escribiendo en comandita), y la "salida a hombros" de Almudena Grandes (básicamente porque se ha muerto... y porque era "de los suyos" y, claro está, los suyos siempre son perfectos aunque escriban con la nalga izquierda).

Y esto, señoras y señores, es el "fusterianismo" literario, justo a un mes de que nuestro President declare 2022 como "el año de Joan Fuster": literatos mediocres a los que se les perdona todo por ser quienes son (Fuster era un declarado falangista, hijo del alcalde franquista de Sueca), o a los que se les alaba todo por ser quienes son (aunque se alegre de que violen monjas o quiera fusilar a los comunicadores que no le gustan). Estamos en la época de que no importa el "quién" sino el "qué". Lástima.

Tanta gloria encuentre como paz deja, señora Grandes.

Nota: Texto publicado en redes sociales el 30 de noviembre de 2011

miércoles, 24 de febrero de 2021

"Historia inventada de Cataluña" - El resumen

 A pesar de que, tiempo atrás, cambié los ladrillos de mi blog por los dardos envenenados de Twitter, 144 caracteres (después, 288), se me siguen quedando cortos para determinadas "confesiones". Por ello, hace casi año y medio, aproveché y me desahogué a gusto, resumiendo mi polémico libro "Historia inventada de Cataluña" en nada menos de 41 entradillas.

Me resulta bastante divertido y, ciertamente, me ha hecho ganar un montón de amigos (y otros tantos detractores), así que quisiera compartirlo ahora con vosotros. Espero que sea de vuestro agrado.

Estos últimos días, he intercambiado opiniones con algunos fanáticos catalanistas que no creen que "su historia" esté errada, y entran en un bucle absurdo.

Después de escribir "Historia inventada de Cataluña", he descubierto algunas cositas que compartiré con vosotros:
1) Por mucho que lo diga Cucurull, Cataluña no tiene 2700 años. Los condados de la Marca Hispánica no fueron “Cataluña” hasta bien avanzado el Reino de Aragón

2) Los “calçots” se conocen desde la época romana, en todo el arco mediterráneo. El “pantumaca” es de origen murciano. La escudella tiene el mismo origen que el puchero valenciano, el cocido madrileño o la olla podrida castellana: judío.

3) Los romanos no “masacraron” a los druidas catalanes; en realidad, hubo al menos cinco orígenes étnicos en dicha época en lo que conocemos como Cataluña: Ilergetes, ilercavones, lacetanos, indiketes y volcas.

4) Ni Don Pelayo era de Llivia (por tanto, catalán), ni el Cid mezclaba en su figura a varios “nobles catalanes”. No se puede beber alcohol y escribir Historia al mismo tiempo.

5) El origen etimológico de “catalán” proviene del francés y su equivalencia era “castellano” (es decir, residente en el castillo). Incluso el término árabe para castillo, “qala’at”, es semejante.

6) La crónica de Beuter donde se extiende la leyenda de Vifredo “El Peludo” y la mano ensangrentada que convirtió su escudo en bandera, está inspirada en la historia de los Aguilar-Prieto tras la toma de Córdoba.

7) Cuando Toni Soler (paniaguado de TV3), afirma que Cataluña era “un país pirenaico en el siglo IX”, se debe a una indigestión de calçots. No hay referencias válidas de una nación catalana ni entonces ni nunca.

8) Las referencias a Cataluña Vieja y Cataluña Nueva son anacrónicas, basada en el Xarq Al-Andalus del geógrafo sarraceno Al Idrisi, y que incluía los territorios de Murcia, Reino de Valencia y Baleares.

9) Referirse a Borrel II como “el primer mandatario de Cataluña independiente” son, como poco, risibles. Bastante tuvo el hombre con ver cómo Almanzor pasaba a cuchillo a la mayoría de los barceloneses, allá por 987, mientras él se escondía en Gerona. Más o menos como ahora (cambiando Gerona por Waterloo).

10) Los condes de Barcelona, desde Ramón Berenguer I, contaban con los títulos de “dominador de Hispania” y “marqués de Hispania”. ¡Muy españoles ellos!

11) El título de “prínceps” de Ramón Berenguer, no tiene el sentido de “príncipe heredero” como tal, sino "primero entre iguales" y se desmonta simplemente leyendo las Capitulaciones de Barbastro, donde se aplica una antigua ley aragonesa (“matrimonio en casa”), donde es el varón quien abandona su tronco genealógico para unirse al de la esposa.

12) La “catalanidad” de Jaime I y Fernando de Trastámara (casa de origen castellano, gallego para más señas), es ridícula en sí misma.

13) No existe prueba de que hubiera un Estudio General en Barcelona antes del que Alfonso IX otorgó a Salamanca.

14) La genética y las crónicas (a pesar de las manipulaciones de Próspero Bofarull) desmienten que la repoblación de los Reinos de Mallorca y Valencia tuvieran una predominancia catalana.

15) Por mucho que se patrocine a Institut Nova Història, la catalanidad de Marco Polo, Cristóbal Colón, Américo Vespucio, Leonardo Da Vinci, Miguel Servet, Cervantes (¡hijo de aquel y convertido en Shakespeare), Santa Teresa de Jesús, Erasmo de Rotterdam… son RIDÍCULAS.

16) No hay prueba de que Colón viajara a América con una flota catalana por la ruta norte en 1477, y que llamara “Terra nova” al lugar por su origen catalán (Cucurull “again”).

17) La “bóveda catalana” de Guastavino era, en realidad, valenciana o andaluza (la 1ª, en arte mudéjar, se instaló en Aznalcóllar).

18) El sentido de la Diputación de Lo General o del General, dedicada al cobro de impuestos y que se disolvía periódicamente no justifica que se considere análoga a la Generalitat y, por tanto, nunca existieron los 131 Presidents de la Generalitat (en realidad, el actual es sólo el décimo).

19) Justificar el Siglo de Oro de la lengua catalana (en realidad, la valenciana), empleando autores exclusivamente valencianos (San Vicente Ferrer, Canals, Jordi de San Jordi, Ausiàs March, Martorell Roís de Corella, Isabel de Villena, Jaume Roig…), que se referían a su lengua como “valenciano”, es, en sí, ridículo.

20) La referencia interesada de los almogávares como “Gran Compañía Catalana”, no le impidió reunir varias nacionalidades, y gritar “¡Aragón!” mientras cargaban.

21) Durante la Guerra dels Segadors, en el Corpus de Sangre, el grito más extendido fue “¡Viva el Rey de España!" a pesar del interés del infame Pau Clarís por entregar su tierra al Rey de Francia.

22) Creer que la tradición de Halloween tiene su origen en Cataluña (cuando el argumento de vaciar calabazas u otras hortalizas, es de origen celta), es ridícula.

24) La Diada catalana es, quizá, la única celebración nacional del mundo que mitifica una derrota. En el bando de Casanova se anima a los catalanes “derramar gloriosamente su sangre y su vida por su Rey, por su honor, por la Patria y la libertad de toda España”

25) En las distintas catas y traslados de cadáveres en el Fosar de les Moreres no se ha encontrado NINGÚN cuerpo con uniforme militar, armas o impedimenta. El lugar se instala en el cementerio parroquial de Santa María del Mar.

26) La famosa prohibición contra el catalán de Felipe V en los Decretos de Nueva Planta era, en realidad, una oficialización del castellano sobre el latín en los documentos oficiales. En dicho Decreto no hay NINGUNA referencia a la lengua catalana.

27) La teoría etimológica que apunta a Cataluña como origen del flamenco es ridícula.

28) El origen de los Mossos d’Esquadra parte del interés de la monarquía borbónica de combatir el bandolerismo, migueletes y somatenes, siendo muy represivos contra el carlismo posterior

29) Los argumentos etimológicos para creer que fueron marinos catalanes los descubridores de Australia son, en sí mismos, ridículos.

30) El origen de la bandera Old Glory estadounidense tiene su origen en el emblema de la Compañía de las Indias Orientales y no en la bandera catalana (en realidad, aragonesa). El argumento de Bilbeny de que se cambió el amarillo real por el blanco republicano es vergonzoso.

31) El inventor de la sardana, José María Ventura (“Pep” para los nacionalistas), no “actualizó” el baile en modo alguno (folkloristas como Brandes apuntan a que “no hay pruebas que permitan remontar su origen a la Grecia clásica”); además, muchas de sus obras plagian óperas italianas y zarzuelas.

32) Hasta la Renaixença, lo que llamamos “catalán” era considerado una variante del provenzal o del lemosín (en su “Oda a la patria”, Aribau habla de “en llemosí li parle”). Fue normalizado y extendido por un químico lego en lingüística llamado Pompeyo Fabra, que se enfrentó a la comunidad filológica local y nacional (Unamuno fue particularmente crítico con él), hasta que fue abiertamente apoyado por el nacionalismo.

33) No existe ningún documento anterior a 1869 (con el infame ensayo “La Confederación Catalano-Aragonesa”), que hable de este término.

34) El Barrio gótico de Barcelona… no es gótico en absoluto. La mayoría de las construcciones que se dicen góticas, incluso en las guías turísticas, son de finales del XIX y principios del XX.

35) El Día de la Raza (12 octubre), tan reivindicado por el dictador Franco, fue promovido en su inicio por la Casa de América en Barcelona.

36) “Els Segadors” procede de un concurso convocado por la Unión Catalanista, y la música es un evidente plagio del himno hebrero Ein K’Eloheinu, del siglo XV. Dentro del Plan 2000 de Pujol, se ordenó a los colegios catalanes la obligación de aprenderla en horario escolar.

37) Hans Max Gamper (no Joan), fundó el FC Barcelona al negarle su incorporación a otros equipos barceloneses por ser extranjero. Durante los primeros años, por eso, no se aceptaron jugadores españoles (otras fuentes hablan de que era solo para jugadores catalanes).

38) A pesar de los empeños del médico “iluminado” Manuel Esteller, los descubrimientos de Ramón y Cajal no pueden considerarse “inventos catalanes”, excusándose en que sus hallazgos tuvieron lugar mientras se encontraba en Cataluña.

39) El nacionalismo catalán intentó su entrada en la Sociedad de Naciones tras la Primera Guerra Mundial con una carta suplicante al presidente norteamericano Wilson, semejante a la petición del cantón cartaginés años antes.

40) El origen del Día del Libro se debe a la iniciativa de un escritor y editor valenciano. El complemento de la rosa se remonta a la Misa de San Jordi donde los nobles regalaban esa flor a sus amadas.

41) En 1935, Jaume Vicens Vives, uno de los mejores historiadores de nuestro país, advirtió en su artículo “La Historia no es crea, es refà” sobre la manipulación del nacionalismo catalán respecto de su propia cronología.

42) Por mucho que se empeñe Gabriel Rufián, con aquello de “Barcelona luchó contra el franquismo calle por calle”, lo cierto es que el ejército nacional, sublevado o franquista (póngale el adjetivo que quieran), entró en la ciudad condal sin disparar un solo tiro. Quizá la represión de Companys y las guerras intestinas entre republicanos, comunistas, anarquistas y nacionalistas (10.000 muertos sin juicio), ayudó a que los barceloneses los recibieran como “liberadores”.

43) No hay pruebas ni datos estadísticos que refieran que la represión franquista fue mayor en Cataluña que en el resto del país. La analogía “España contra Cataluña” de la Guerra Civil es falsa.

44) El catalán en tiempos de Franco estaba “tan prohibido” que en 1942 se publicó “Rosa mística” (en catalán), en 1948 se convoca el Sant Jordi de novela en catalán o en 1953 se convoca el Mercé Rododera de cuentos y narraciones breves en catalán, por poner solo tres ejemplos

45) Franco fue tres veces condecorado por el FC Barcelona (1951, Insignia de Oro y Brillantes; 1971, Medalla de Oro del Palau y 1974 insignia del 75º Aniversario del Club).

46) La quimera de los Países Catalanes fue desarrollada por Joan Fuster, natural de Sueca (Valencia), conocido por sus ideas homófobas y su afición a las bebidas espirituosas. La beatificación de este mediocre ensayista solo responde a criterios políticos.

47) Del “millar de heridos” durante el 1-O, anunciado por los medios oficialistas, solo constan cuatro personas ingresadas.

Disculpad el ladrillo.