lunes, 20 de enero de 2020

A vueltas con el pin parental

No me he querido meter en el charco del "pin parental", tan en boga estos últimos días, pero como padre y maestro quisiera expresar, brevemente, mi opinión al respecto.
La escuela debía ser un lugar sagrado para todos los gobiernos, donde se educara en materias y, al mismo tiempo, en valores, actitudes y ética, desde una perspectiva global y crítica, independiente del color político de quien gobierne. Quizá el mayor error de los gobiernos nacionales haya sido, desde la Transición, no llegar a acuerdos para un Libro Blanco de la Educación, que ofrezca contenidos comunes para los diecisiete reinos de taifas en que se han convertido las Comunidades Autónomas, y que asegure unos mínimos de calidad, un respeto a la diversidad y un conocimiento de los derechos y los deberes.
Me parece tan mezquino el adoctrinamiento religioso como el moral o político. Defender el creacionismo, el terraplanismo o dejarse llevar por el lobbismo, significa educar esclavos del sistema, independientemente del sistema al que nos refiramos.
Vivimos en un país donde, al tiempo que se pelea contra el "pin parental" en Murcia, se mira para otro lado en situaciones de aberraciones históricas o lingüísticas que aparecen en contenidos curriculares (y no extracurriculares, como ocurre en el caso de las charlas de género, ahora en el ojo del huracán), y que nadie afronta por temor a ser señalado como "dictatorial".
Volver al concepto de la Enciclopedia Álvarez (es decir, contenidos curriculares condicionados por el Estado), o poner a los niños y niñas al servicio del Estado (en un mundo cada vez más globalizado y cosmopolita), es un error gravísimo, que no debería estar justificado ni "blanqueado" por la comunidad educativo o, peor aún, por esa cultura que, cada día más, parece postrada a los pies de un solo partido político.
Da vergüenza pensar que, a fecha de hoy, al Gobierno le preocupa más la ideología que el fondo. Que sigue manteniéndose un sistema que obliga a adolescentes con ganas de trabajar o especializarse, a seguir aparcados en institutos hasta los 16 años, o que todavía nadie ha aclarado cómo podría salir adelante el proyecto de la "educación en casa", cada día más necesitado de una auténtica legislación.
Gracias por leer.

miércoles, 8 de enero de 2020

"Granaderas" en la Semana Santa Marinera

En la próxima Asamblea de la Junta Mayor de la Semana Santa Marinera de Valencia, se decidirá, a propuesta de Dolores Grao (Cofradía de Granaderos de la Stma. Virgen de los Dolores Coronada del Grao), la posible incorporación de mujeres con la vestimenta de soldado napoleónico tradicional de nuestros Poblados Marítimos, que actualmente se mantienen en tres de las cuatro parroquias (la cuarta, Cristo Redentor - San Rafael, también la tuvo en su momento).

Vaya por delante que, más allá de la decisión final que tome la Asamblea, y el cariño y admiración que tengo por mis buenos amigos granaderos "graueros", como 

Juan Antonio Picazo Fernandez
 o Jose Maria Orero Gimeno, entre otros muchos, creo que la Semana Santa Marinera debería avanzar hacia el respeto y la recuperación de la simbología histórica tanto en los personajes bíblicos como en las llamadas "corporaciones armadas".



En su momento, me pareció un acierto, por ejemplo, que la Corporación de Longinos sustituyera paulatinamente la anacrónica alabarda que portaban por la más realista lanza de longinos, o que las distintas guardias romanas apostaran por espadas más cercanas al gladius que por otros modelos; por ello, creo que es un error.

Es cierto que algunos personajes considerados tradicionales en nuestra Fiesta no se ajustan al concepto histórico o artístico (el más claro ejemplo es la Samaritana, mujer humilde de Samaria que Cristo encontró junto a un pozo, y que en nuestras procesiones recuerda a una noble romana o hebrea con un ánfora, y cabellos de complejísimo peinado), pero entiendo que una cosa es convivir con una tradición errónea pero arraigada en el imaginario colectivo, y otra una incorporación nueva que no termino de entender.

En el artículo con el que enlazo (y en muchos otros que podéis encontrar), se explica el papel de la mujer en los ejércitos napoleónicos y que, de forma acertada, la labor de "cantinera" resume su esforzada participación al lado de sus parejas en el frente de batalla, tanto como aguadoras como cirujanas de choque, y otras muchas mas funciones de un servicio tan ingrato como es la propia guerra.



https://www.elprimeredecan.es/la-mujer-en-los-ejercitos-napoleonicos/

Nota: La propuesta se aprobó sin votación por parte de la Asamblea.