lunes, 9 de junio de 2008

Porque debe haber un comienzo

Hola a todos:

Llevo escribiendo delante del teclado, de una vieja Remington primero, más tarde frente una Hermes de letra redondilla y, por último, frente a la pantalla de un ordenador, desde hace más de 25 años. Y solo tengo 32, así que podréis entender la importancia que tiene en mi vida la letra impresa.

Si has llegado hasta aquí por casualidad, quizá en otra ocasión tenga la oportunidad de presentarme de forma más completa, disculpa si lo consideras descortés; si has llegado de forma dirigida, si alguien te ha facilitado la dirección (seguramente yo mismo, vanidad de vanidades), imagino que me conocerás lo suficiente para no necesitar presentaciones, y tendrás una opinión de mí. Espero que buena, pero no es algo que importe mucho, ¿verdad?.

En esos 25 años de memoria escrita, he podido completar pequeños artículos periodísticos, cuentos infantiles, novelas de toda clase que seguramente dormirán en sueño de los justos hasta que alguien se anime a editarlas (me incluyo), ensayos y un largo etcétera... pero nunca un diario. Ni siquiera un "libro de agravios", aunque algunos creen que así es, siento desilusionarles.

Sin embargo, y como he visto que por muy buenas razones que uno tenga, a la hora de hablar o de escribir, siempre hay una caterva de borregos, palmeros e hijos de puta del más diverso pelaje que van a negar la mayor, y empeñarse en patinar sobre hielo cuesta arriba, cagándose en la razón, en la verdad y en todos esos valores que aún deberían tomarse en consideración, he creído que es el momento de llamarles a cada cual por su nombre, que quien le pique pues que se rasque y que le den por el culo al mundo.

Y como ya me dí el gustazo, hace unos meses, de redactar veintipico páginas tratando de confirmar algo que ya sabía y que, por desgracia, no pude llevar a los tribunales como bien hubiera querido, esos mierdas con patas que son Tony Latorre (con "y", que si no se molesta...), Raúl Pucheta y su fiel perrito faldero Andreas Figueres (desde aquí, recuerdos a la madre que lo parió, la "funcionaria judicial" que escribía con faltas de ortografía), me han enseñado que no importa lo que escribas por internet que, a fin de cuentas, todo es coña, a nadie le importa y la verdad no es más que algo relativo que no le interesa a prácticamente nadie... salvo a quien la defiende. Así que si tú la defiendes, compañero, hazlo bien que yo me bajo en la próxima...

Como reza el dicho taurino, que Dios reparta suerte... que cuernos ya repartió entre algunos y se quedó descansado...

JOSÉ VILASECA

2 comentarios:

Isabel dijo...

Hola mi querido amigo,que aunque no nos veamos a menudo siempre lo seras.No se muy bien a que viene la presentación que has puesto pues no tengo el disgusto de conocer a aquellos que nombras(no muy bien que digamos)....Que sepas que si hay quien todavía defiende la verdad ante todo,aunque ello sea motivo de leches en la vida que nos a tocado...No sabia nada de que querías ir a juicio y no te dejaron,la verdad es que creo que debería ser igual de difamatorio y ser penado lo que se diga a través de Internet si no esto es jauja.En fin referente a tus escritos...debes saber que aun estoy esperando la tercera entrega de tu novela...se llamaba el monstruo no?Hace tanto que no lo recuerdo aunque si recuerdo la trama que me engancho.Bueno con esto me despido y te mando un fuerte abrazo y un beso de esta tu amiga(por los siglos espero):*

Rigg Veda dijo...

Juas... eso es lo que se llama empezar fuerte... y lo demás son tonterías...