Casi resulta gracioso que, después de años con el sambenito colgado en el mundillo del hobby, alguien se refiere a mí con esa pregunta: ¿Y quién es ese señor? Supongo que podría verlo como un "paso adelante", si no fuese porque la pregunta pretendía ofender (aunque no lo consiguió), y el realidad lo que trataba de inquirir era algo así como quién carajo es ese fulano que habla en la radio, que no me gusta su careto aunque no lo vea.
Fue hace unas semanas (en realidad, casi tres años... ¡cómo cambian las cosas!), en mi colaboración semanal de Ya estamos todos, el programa despertador de Radio Sport Valencia. La sección, No me llames raro trata de tocar todos los "palos", de comic a juegos de mesa, de antiguos mayas a leyendas urbanas, pasando por el cine o el rol. Un cajón desastre, vaya, donde cada semana se intenta presentar un tema nuevo.
Ya estamos todos, el lugar donde todo es posible...
En esta ocasión, tocaba hablar del fin del mundo, y un oyente, entre los muchos que siguen el programa (siempre agradecido), que hace buena la máxima de la oposición (aquí de qué se habla, que yo me opongo), interviene... Ausente del estudio, me advirtieron de su polémica llamada en directo, echando por tierra el contenido de la sección y al autor de la misma, abajo firmante, con términos como y ese, ¿quién es? y otros de corte similar.
Desde entonces, he "sufrido" muchas de estas, tanto en las ondas, como en las redes sociales, e incluso en la "vida real"... que poco a poco acaba convirtiéndose en irreal. Comentarios del tipo por escribir un libro tampoco te consideres especial, o bien eres un triste juntaletras o un desgraciado rayapáginas, pasando por el no te conocen ni en tu casa a la hora de comer, lo que suele crispar bastante a mi madre, que para algo me parió, y que se ha convertido en la líder indiscutible de mi selecto club de fans (dándole un nuevo sentido a las opciones comentar y compartir en Facebook).
A punto de cumplir cuarenta castañas, he llegado a un punto en que tengo bastante claro quién soy... pero que tengo más claro todavía que mi objetivo no es ser alguien, un juguete roto con quince minutos de gloria. Mi vida personal, profesional y "artística" (con perdón), es intensa y premia con creces mis esfuerzos. Agradezco cada libro comprado, cada programa de radio escuchado, cada apoyo y cada palabra de ánimo; me han enseñado que es de bien nacido ser agradecido, y respeto las enseñanzas de mis mayores.
No sé dónde me llevará ese camino... pero os puedo asegurar las meta que no quiero alcanzar: No quiero ser una marca registrada sin ningún contenido, un ídolo con pies de barro, la sombra de otro a base de criticarle. Deseo seguir compartiendo cosas (novelas, artículos, comentarios, secciones de radio, opiniones, juegos de mesa, proyectos...), con todos los que así me lo expresen; lo haré con afecto, con profesionalidad, con cariño... pero nada más. No espero que nadie me crea a pies juntillas, que nadie me adore, que no me critiquen por miedo.
José Vilaseca
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