viernes, 15 de mayo de 2009

Idiotas curiosos

Después de decenas, centenares de generaciones de seres humanos, muchos de los cuales han nacido, vivido y muerto sin tener la oportunidad de acceder a la cultura, más allá de sus campos de patatas, sus venablos y sus escudos de piel de cebra, nos podemos sentir afortunados de vivir en una época donde, por un módico precio, cualquier hijo de vecino puede acceder a esa maravillosa Biblioteca de Alejandría virtual llamada internet.

Y no solo puede tener a su disposición una cantidad incalculable de información, sino que puede dejar su grano de arena en forma de opinión personal, de artículo, de ensayo o de fotonovela de su propia vida: Las páginas web, los blogs personales, los fotologs y otros puntos de encuentro permiten que, a poco que uno se lo proponga, su huella más o menos clara pueda quedar impresa en el ciberespacio, como si todos los mortales pudieran imprimir manos y pies en el Paseo de la Fama de Broadway, de Hollywood o donde carajo estén las estrellas del celuloide.

A pesar de las limitaciones y cortapisas que los Gobiernos, la SGAE y toda clase de estómagos agradecidos pretenden imponer al hecho de compartir información, archivos, documentos, etcétera (a veces con razón, generalmente solo por codicia...), lo cierto es que todos podemos consultar prácticamente cualquier dato, desde la más extraña criatura grabada por una cámara hasta las instrucciones para fabricar una bomba casera. Y es de suponer que cada cual consulta lo que le apetece, por gusto, por interés y por disfrutar de su tiempo libre.

Es por ello que cada vez me extraña más que en este blog, del que apenas se sabe nada si no es por el "boca - oreja", haya visitantes que entran ya cabreados y se marchan arrastrando los cuernos como los morlacos al salir por la puerta de chiqueros. Por lo general, el que aquí se ve mentado con nombres y apellidos (o apelativos cariñosos), es porque es un coleguita de corazón, o porque nuestra relación personal es, como poco, espinosa y árida como un desierto lleno de cactus. Los lectores ocasionales, o los que entran en el terreno de la neutralidad (bienvenidos igualmente), pueden estar o no de acuerdo con mis opiniones, pero difícilmente pillarán un rebote como los que "otros" se han cogido a cuenta de ver aquí sus nombres en letras brillantes.

Como uno fue a escuela de pago y conoció a su padre, recibiendo de unos y otro una educación clásica y racional, puedo señalar que, salvo accidentalmente, entro poco o nada en los lugares en los que sé que no soy bien recibido (tanto reales como virtuales) y, de hacerlo, suelo meterme prisa, ver lo que me interesa y marcharme sin que el ambiente tóxico de esos lugares (tiendas, foros, webs, flogs, blogs y casas de putas varias), me afecte.

Sin embargo, sé de buena tinta, soplo vil, filtración judeo-masónica, rastreo de IP, multicuentas y otras memeces que tanto dan que hablar a quien le interesa, que por aquí se arrastran de vez en cuando personas que saben que me caen como una patada en los huevos y, sumidos en su propio masoquismo, leen avidamente mis paridas, se creen que yo me tomo en serio sus mierdas y no tienen mayor satisfacción que dirigirme (anónimamente, por supuesto), dedicatorias del tipo "muérete", "nadie te echará de menos", "ojalá te arruines", y un largo etcétera que demuestra la pobreza moral de aquellos a los que, de vez en cuando, dedico mi pobre prosa.

En definitiva, que habiendo TANTO Y TAN BUENO para leer en internet, hay que ser TONTO DEL HABA para, en un lugar donde uno no es precisamente bien recibido, entrar alegremente, cabrearse por la perogrullada ("¡Qué cabrón, Vilaseca no solo me odia, sino que lo dice!", "¡A la hoguera con él!"), y rematar la faena con un escupitajo anónimo que me hace partirme la caja bastante más de lo que os pensáis.

Los tiempos cambian. He sido estudiante, barrendero, tendero y funcionario. He sido soltero y sin compromiso, y ahora estoy comprometido hasta las trancas. Pero el que es TONTO lo seguirá siendo por mucho que se esfuerce. Aunque me muera, me pudra y nadie me eche de menos, TONTOS DEL HABA.

JOSÉ VILASECA HARO
Antes maligno que tonto del haba :) :) :)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pau Romero:

Desde luego no pasaras a la posteridad por este articulo.

No se Jose, creo que la mayoria de cibernautas, simplemente le da pereza entabar una batalla de posts, por cosas que realmente no son importantes.

P.D: Perdonad las faltas, pero la tecla del acento no me funciona.