1) Por mucho que lo diga Cucurull, Cataluña no tiene 2700 años. Los condados de la Marca Hispánica no fueron “Cataluña” hasta bien avanzado el Reino de Aragón
2) Los “calçots” se conocen desde la época romana, en todo el arco mediterráneo. El “pantumaca” es de origen murciano. La escudella tiene el mismo origen que el puchero valenciano, el cocido madrileño o la olla podrida castellana: judío.
3) Los romanos no “masacraron” a los druidas catalanes; en realidad, hubo al menos cinco orígenes étnicos en dicha época en lo que conocemos como Cataluña: Ilergetes, ilercavones, lacetanos, indiketes y volcas.
4) Ni Don Pelayo era de Llivia (por tanto, catalán), ni el Cid mezclaba en su figura a varios “nobles catalanes”. No se puede beber alcohol y escribir Historia al mismo tiempo.
5) El origen etimológico de “catalán” proviene del francés y su equivalencia era “castellano” (es decir, residente en el castillo). Incluso el término árabe para castillo, “qala’at”, es semejante.
6) La crónica de Beuter donde se extiende la leyenda de Vifredo “El Peludo” y la mano ensangrentada que convirtió su escudo en bandera, está inspirada en la historia de los Aguilar-Prieto tras la toma de Córdoba.
7) Cuando Toni Soler (paniaguado de TV3), afirma que Cataluña era “un país pirenaico en el siglo IX”, se debe a una indigestión de calçots. No hay referencias válidas de una nación catalana ni entonces ni nunca.
8) Las referencias a Cataluña Vieja y Cataluña Nueva son anacrónicas, basada en el Xarq Al-Andalus del geógrafo sarraceno Al Idrisi, y que incluía los territorios de Murcia, Reino de Valencia y Baleares.
9) Referirse a Borrel II como “el primer mandatario de Cataluña independiente” son, como poco, risibles. Bastante tuvo el hombre con ver cómo Almanzor pasaba a cuchillo a la mayoría de los barceloneses, allá por 987, mientras él se escondía en Gerona. Más o menos como ahora (cambiando Gerona por Waterloo).
10) Los condes de Barcelona, desde Ramón Berenguer I, contaban con los títulos de “dominador de Hispania” y “marqués de Hispania”. ¡Muy españoles ellos!
11) El título de “prínceps” de Ramón Berenguer, no tiene el sentido de “príncipe heredero” como tal, sino "primero entre iguales" y se desmonta simplemente leyendo las Capitulaciones de Barbastro, donde se aplica una antigua ley aragonesa (“matrimonio en casa”), donde es el varón quien abandona su tronco genealógico para unirse al de la esposa.
12) La “catalanidad” de Jaime I y Fernando de Trastámara (casa de origen castellano, gallego para más señas), es ridícula en sí misma.
13) No existe prueba de que hubiera un Estudio General en Barcelona antes del que Alfonso IX otorgó a Salamanca.
14) La genética y las crónicas (a pesar de las manipulaciones de Próspero Bofarull) desmienten que la repoblación de los Reinos de Mallorca y Valencia tuvieran una predominancia catalana.
15) Por mucho que se patrocine a Institut Nova Història, la catalanidad de Marco Polo, Cristóbal Colón, Américo Vespucio, Leonardo Da Vinci, Miguel Servet, Cervantes (¡hijo de aquel y convertido en Shakespeare), Santa Teresa de Jesús, Erasmo de Rotterdam… son RIDÍCULAS.
16) No hay prueba de que Colón viajara a América con una flota catalana por la ruta norte en 1477, y que llamara “Terra nova” al lugar por su origen catalán (Cucurull “again”).
17) La “bóveda catalana” de Guastavino era, en realidad, valenciana o andaluza (la 1ª, en arte mudéjar, se instaló en Aznalcóllar).
18) El sentido de la Diputación de Lo General o del General, dedicada al cobro de impuestos y que se disolvía periódicamente no justifica que se considere análoga a la Generalitat y, por tanto, nunca existieron los 131 Presidents de la Generalitat (en realidad, el actual es sólo el décimo).
19) Justificar el Siglo de Oro de la lengua catalana (en realidad, la valenciana), empleando autores exclusivamente valencianos (San Vicente Ferrer, Canals, Jordi de San Jordi, Ausiàs March, Martorell Roís de Corella, Isabel de Villena, Jaume Roig…), que se referían a su lengua como “valenciano”, es, en sí, ridículo.
20) La referencia interesada de los almogávares como “Gran Compañía Catalana”, no le impidió reunir varias nacionalidades, y gritar “¡Aragón!” mientras cargaban.
21) Durante la Guerra dels Segadors, en el Corpus de Sangre, el grito más extendido fue “¡Viva el Rey de España!" a pesar del interés del infame Pau Clarís por entregar su tierra al Rey de Francia.
22) Creer que la tradición de Halloween tiene su origen en Cataluña (cuando el argumento de vaciar calabazas u otras hortalizas, es de origen celta), es ridícula.
24) La Diada catalana es, quizá, la única celebración nacional del mundo que mitifica una derrota. En el bando de Casanova se anima a los catalanes “derramar gloriosamente su sangre y su vida por su Rey, por su honor, por la Patria y la libertad de toda España”
25) En las distintas catas y traslados de cadáveres en el Fosar de les Moreres no se ha encontrado NINGÚN cuerpo con uniforme militar, armas o impedimenta. El lugar se instala en el cementerio parroquial de Santa María del Mar.
26) La famosa prohibición contra el catalán de Felipe V en los Decretos de Nueva Planta era, en realidad, una oficialización del castellano sobre el latín en los documentos oficiales. En dicho Decreto no hay NINGUNA referencia a la lengua catalana.
27) La teoría etimológica que apunta a Cataluña como origen del flamenco es ridícula.
28) El origen de los Mossos d’Esquadra parte del interés de la monarquía borbónica de combatir el bandolerismo, migueletes y somatenes, siendo muy represivos contra el carlismo posterior
29) Los argumentos etimológicos para creer que fueron marinos catalanes los descubridores de Australia son, en sí mismos, ridículos.
30) El origen de la bandera Old Glory estadounidense tiene su origen en el emblema de la Compañía de las Indias Orientales y no en la bandera catalana (en realidad, aragonesa). El argumento de Bilbeny de que se cambió el amarillo real por el blanco republicano es vergonzoso.
31) El inventor de la sardana, José María Ventura (“Pep” para los nacionalistas), no “actualizó” el baile en modo alguno (folkloristas como Brandes apuntan a que “no hay pruebas que permitan remontar su origen a la Grecia clásica”); además, muchas de sus obras plagian óperas italianas y zarzuelas.
32) Hasta la Renaixença, lo que llamamos “catalán” era considerado una variante del provenzal o del lemosín (en su “Oda a la patria”, Aribau habla de “en llemosí li parle”). Fue normalizado y extendido por un químico lego en lingüística llamado Pompeyo Fabra, que se enfrentó a la comunidad filológica local y nacional (Unamuno fue particularmente crítico con él), hasta que fue abiertamente apoyado por el nacionalismo.
33) No existe ningún documento anterior a 1869 (con el infame ensayo “La Confederación Catalano-Aragonesa”), que hable de este término.
34) El Barrio gótico de Barcelona… no es gótico en absoluto. La mayoría de las construcciones que se dicen góticas, incluso en las guías turísticas, son de finales del XIX y principios del XX.
35) El Día de la Raza (12 octubre), tan reivindicado por el dictador Franco, fue promovido en su inicio por la Casa de América en Barcelona.
36) “Els Segadors” procede de un concurso convocado por la Unión Catalanista, y la música es un evidente plagio del himno hebrero Ein K’Eloheinu, del siglo XV. Dentro del Plan 2000 de Pujol, se ordenó a los colegios catalanes la obligación de aprenderla en horario escolar.
37) Hans Max Gamper (no Joan), fundó el FC Barcelona al negarle su incorporación a otros equipos barceloneses por ser extranjero. Durante los primeros años, por eso, no se aceptaron jugadores españoles (otras fuentes hablan de que era solo para jugadores catalanes).
38) A pesar de los empeños del médico “iluminado” Manuel Esteller, los descubrimientos de Ramón y Cajal no pueden considerarse “inventos catalanes”, excusándose en que sus hallazgos tuvieron lugar mientras se encontraba en Cataluña.
39) El nacionalismo catalán intentó su entrada en la Sociedad de Naciones tras la Primera Guerra Mundial con una carta suplicante al presidente norteamericano Wilson, semejante a la petición del cantón cartaginés años antes.
40) El origen del Día del Libro se debe a la iniciativa de un escritor y editor valenciano. El complemento de la rosa se remonta a la Misa de San Jordi donde los nobles regalaban esa flor a sus amadas.
41) En 1935, Jaume Vicens Vives, uno de los mejores historiadores de nuestro país, advirtió en su artículo “La Historia no es crea, es refà” sobre la manipulación del nacionalismo catalán respecto de su propia cronología.
42) Por mucho que se empeñe Gabriel Rufián, con aquello de “Barcelona luchó contra el franquismo calle por calle”, lo cierto es que el ejército nacional, sublevado o franquista (póngale el adjetivo que quieran), entró en la ciudad condal sin disparar un solo tiro. Quizá la represión de Companys y las guerras intestinas entre republicanos, comunistas, anarquistas y nacionalistas (10.000 muertos sin juicio), ayudó a que los barceloneses los recibieran como “liberadores”.
43) No hay pruebas ni datos estadísticos que refieran que la represión franquista fue mayor en Cataluña que en el resto del país. La analogía “España contra Cataluña” de la Guerra Civil es falsa.
44) El catalán en tiempos de Franco estaba “tan prohibido” que en 1942 se publicó “Rosa mística” (en catalán), en 1948 se convoca el Sant Jordi de novela en catalán o en 1953 se convoca el Mercé Rododera de cuentos y narraciones breves en catalán, por poner solo tres ejemplos
45) Franco fue tres veces condecorado por el FC Barcelona (1951, Insignia de Oro y Brillantes; 1971, Medalla de Oro del Palau y 1974 insignia del 75º Aniversario del Club).
46) La quimera de los Países Catalanes fue desarrollada por Joan Fuster, natural de Sueca (Valencia), conocido por sus ideas homófobas y su afición a las bebidas espirituosas. La beatificación de este mediocre ensayista solo responde a criterios políticos.
47) Del “millar de heridos” durante el 1-O, anunciado por los medios oficialistas, solo constan cuatro personas ingresadas.